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María de los Dolores Vargas Oliva
El sueño americano. Una ilusión inalcanzable para la mujer judía inmigrante
apareció la primera escuela que amplió la matrícula a alumnas que desearan
aprender a leer y a escribir; siempre fuera del horario lectivo. Otros intentos dirigidos
hacia una educación mixta dieron como resultado las Common Schools for Girls
que impartían clases a niñas entre los meses de abril y octubre, en los que los
muchachos debían dejar la escuela para trabajar en las granjas.
Por otro lado, es importante señalar el esfuerzo realizado por varias sectas
religiosas en el campo de la educación femenina. Los Moravians, por ejemplo,
fundaron una escuela mixta en 1749, que sería la primera institución americana en
ofrecer el título de educación superior a miembros de ambos sexos. Años más tarde
en 1797, los cuáqueros crearon la Penn Charter School en Filadelfia para niños y
niñas de todas las edades y clases sociales. El establecimiento de las Escuelas
Normales (Normal Schools) a pesar de estar orientadas hacia la formación del
profesorado para los colegios estatales y no al desarrollo personal de la mujer,
contribuyó, sin embargo en gran medida a la educación de las jóvenes
americanas. 52
Junto a la influencia de la tradición misógina judía, la dependencia económica y
la deficiente educación como elementos desencadenantes de la marginación de la
mujer inmigrante hay que añadir aún otro que es: la falta de poder político del
colectivo femenino: las mujeres no podían participar en las elecciones políticas.
Igualmente, los derechos legales otorgados al conjunto femenino eran demasiado
limitados como para protegerlo de manera real, en caso de litigio. Estos temas
despertaron el interés de las feministas desde los comienzos del movimiento, por lo
que creo pertinente dedicar algunos párrafos a la descripción de la evolución del
movimiento feminista en los Estados Unidos antes de la Primera Guerra Mundial.
Comenzaré diciendo que trazar una historia del feminismo en los Estados
Unidos es una tarea ardua debido al hecho de que en sus orígenes, las mujeres no
tendrían una conciencia feminista, tal y como la entendemos hoy día, hasta bien
entrado el siglo XX. Pero lo que sí podemos afirmar es la existencia de mujeres
preocupadas por temas que les afectaban, bien de manera directa o indirecta. Por
ello, en la Nueva Inglaterra del siglo XVIII Abigail Adams, a quien hemos hecho
referencia al hablar de la dependencia económica femenina, denunciaba la carencia
de derechos políticos y legales de las mujeres de su país. 53
De hecho, fue en Séneca Falls, Nueva York en 1848 donde se fundaría el
primer movimiento para la liberación de la mujer. Allí se concentraron unos
trescientos asistentes, entre ellos hombres y mujeres. Entre los
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