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CAPÍTULO XIII
SALUD DE LA MADRE Y EL NIÑO
Durante 1994 no ocurrieron en la Región
cambios significativos en las tendencias epidemiológicas
de la salud maternoinfantil que
requirieran modificaciones en las estrategias
generales de cooperación técnica de la OPS.
Aunque los indicadores de salud matemoinfantil
siguen mostrando una evolución favorable,
en América Latina y el Caribe todavía se registran
anualmente cerca de 500.000 defunciones
en niños menores de 1 año, aproximadamente
350.000 de ellas por causas evitables, y unas
17.000 muertes maternas. Las reducciones
alcanzadas en la tasa de mortalidad infantil se
acompañan de cambios en el peso relativo de
las diferentes causas de muerte, dado por la disminución
importante de las enfermedades
transmisibles y el incremento de las causas perinatales.
De ahí que la Organización colabore en
las actividades de inmunización y de control de
enfermedades diarreicas e infecciones respiratorias
agudas, haciendo hincapié en la cooperación
técnica orientada a aumentar la cobertura
y mejorar la calidad de la atención prenatal, de
la institucionalización del parto y de la atención
de la salud reproductiva.
También gracias a la disminución de la
tasa de mortalidad infantil ha aumentado la
preocupación por la calidad de vida de los
niños y la salud de los adolescentes. En general,
el grupo de los adolescentes ha sido postergado
debido a la baja incidencia de trastornos orgánicos
y a la baja tasa de mortalidad que presenta.
Durante 1994 la OPS puso mayor énfasis
en actividades relacionadas con la violencia
familiar (especialmente contra la niñez y la
adolescencia), la salud mental y el desarrollo
psicosocial de los niños.
Un hito muy significativo este año fue la
certificación de la erradicación del poliovirus
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salvaje de la Región. A su vez este logro
obliga a mantener la vigilancia epidemiológica
correspondiente.
El compromiso político de los países con la
salud de las mujeres, los niños y los adolescentes
sigue reflejándose en la alta prioridad otorgada
a los programas matemoinfantiles. Estos
grupos, que representan el 71,2% de la población
de América Latina y el Caribe, son los más
afectados por la falta de equidad social y sufren
más claramente el impacto de las transformaciones
económicas, tanto negativas como positivas.
Por otro lado, se está registrando uno de
los momentos de mayor compromiso internacional
en relación con la salud matemoinfantil.
La cooperación tanto técnica como financiera
de los organismos de las Naciones Unidas y del
Sistema Interamericano, las instituciones de
cooperación bilateral, los bancos y las organizaciones
no gubernamentales (ONG) se ocupan
cada vez más de la salud maternoinfantil. De
hecho, pareciera haber un renovado interés de
los bancos en financiar acciones en este campo
y, al mismo tiempo, gran cantidad de agencias y
ONG están dispuestas a ejecutar estas acciones.
La Organización debe cumplir al respecto una
función orientadora de la cooperación técnica
para que los países aprovechen mejor el favorable
ambiente internacional en torno a este
tema. En ese sentido, la OPS se encargó de elaborar
y distribuir la publicación del Comité de
Coordinación Interagencial (CCI) para alcanzar
las Metas de la Cumbre en Favor de la
Infancia titulada La salud maternoinfantil. Metas
para 1995 e indicadores para el seguimiento, que
ha tenido un gran impacto, y de la que se ha
distribuido cerca de 8.000 ejemplares. Además,
la Organización disemina información a través
de diversas redes, como la de información sobre