if08-09 - Asamblea Legislativa

316 Defensoría de los Habitantes
Informe Anual de Labores 2008-2009
Es clara la intención del Ministerio de Educación
Pública de proponer nuevas formas de aprovechamiento
efectivo de los 200 días del curso lectivo; no
obstante, es evidente en los 11 años en que éste ha
sido calendarizado de esta forma, no se ha logrado
establecer de manera efectiva un programa escolar y
una oferta educativa adecuada a este número de días
efectivos de lección. El programa de estudios actual
deja en descubierto las últimas semanas de clase, sin
una previsión debida y deliberadamente enlazada con
la labor que se ha venido realizando durante el año
escolar.
Este aspecto claramente se observa en la dificultad
para planificar las actividades, que corresponden al
proceso de recuperación, capacitación y desarrollo de
actividades formativas diversas, previsto para las últimas
semanas. La baja asistencia, la percepción de que
no hay obligación de acudir al centro educativo porque
ya terminaron la clases y ya se sabe quien aprobó
o no el curso, la realización por parte del personal
docente y administrativo de otras actividades propias
del cierre del período, entre otras, son situaciones que
evidencian la desarticulación de las últimas semanas
de clase con el resto de la programación del año.
Una de los justificantes que más se argumenta por
parte de personal docente y administrativo es que, en
la práctica, el curso lectivo finaliza en noviembre, debido
a que los exámenes y las calificaciones, así como
la entrega de estadísticas y fórmulas 14, deben estar
listas finalizando ese mes, por lo que posteriormente a
esa fecha no tienen, a parte de la motivación que se
realiza con las y los estudiantes, un mecanismo que
les permita hacer efectiva la asistencia.
Por otra parte, se cuestiona la razón por la que no se
utiliza ese tiempo, para abarcar completamente el plan
de estudios. Una queja reiterada de las y los docentes
es que no tienen tiempo para hacer actividades lúdicas
y creativas para que el estudiantado incorpore los conceptos
aprendidos de una mejor manera. Una revisión
a los programas de estudios permite ver que no existe
ningún inconveniente para que el docente pueda extender
su planeamiento hasta finalizar el curso y desarrollar
durante todo el año actividades que promuevan
el arte, las ciencias, la cívica y la formación espiritual
y en valores. Sin embargo, el calendario en cuanto a
fechas de actividades y exámenes no lo facilita.
En este sentido, debe darse una armonización entre
el desarrollo del programa de estudios y estas actividades
formativas, de manera que toda la propuesta
escolar sea integral e integrada y no se visualice como
dos momentos separados, sin sentido de inclusión y
pertinencia uno del otro. La discusión en relación con
la extensión del curso lectivo y el mejor aprovechamiento
del tiempo que las niñas, niños y adolescentes
permanecen en las aulas debe ser un tema de permanente
análisis y valoración.
Por otra parte, del monitoreo realizado se destaca el
reclamo de los y las estudiantes en relación con la
escasa participación que tienen en la formulación del
plan institucional que debe presentarse por parte de
cada centro educativo ante las direcciones regionales,
así como en su puesta en ejecución –lo cual se
confirma con su escaso involucramiento al punto de la
inasistencia total-.
En propuestas como la del Plan 200, la participación
plena de los y las estudiantes resulta un elemento
fundamental, por lo que deben asegurarse los mecanismos
y espacios necesarios y debidamente legitimados
para su participación efectiva, que coadyuve
en la elaboración y cumplimiento de la propuesta y el
mejor aprovechamiento de este tiempo conforme con
los intereses, necesidades, e ideas que ellos y ellas
planteen.
En este aspecto debe promoverse la cooperación y
relación interinstitucional, tanto con otros centros educativos
de la comunidad como con organizaciones e
instituciones de ésta, de modo que se optimicen los
esfuerzos, se aúnen recursos y se brinde una proyección
social y comunitaria que refuerce el propósito de
la formación integral y el desarrollo de las potencialidades
de los y las estudiantes.
La Defensoría de los Habitantes reconoce que son muchos
los desafíos y dificultades que deben enfrentarse
para poder garantizar en forma plena una educación
de calidad, que considere, entre otros, el efectivo aprovechamiento
del tiempo del curso lectivo, establecido
en un calendario escolar de 200 días, ello dadas las
debilidades estructurales del sistema durante muchos
años. No obstante, es evidente que la claridad de metas
y la definición de políticas públicas en relación con
acciones tendientes a revertir estas debilidades, son
condiciones esenciales para alcanzar una educación
de alta calidad a la que tienen derecho los niños, niñas
y adolescentes del país.
En este sentido, debe recordarse la obligación del
Estado de adoptar y ejecutar todas las medidas necesarias
para dar efectividad a los derechos de esta
población, que en el caso del derecho a la educación,
supone la inversión del máximo de los recursos con los
que se disponga, en procura de garantizar un avance
progresivo y sostenible de estos esfuerzos. No podrá
adoptarse ninguna medida que por acción, omisión o
resultado resulte regresiva de tal propósito, sin que