SOCIEDAD CIVIL y diversidad - Acceso al sistema - Cámara de ...

LA SALt:D REPRODUCTIVA EN LA ARENA POLÍTICA' 175
Por otra parte, desde los años setenta se había desarrollado en
América Latina una importante corriente de pensamiento preocupada
por los determinantes socioeconómicos y culturales del proceso salud-enfermedad-atención.
En México, esta corriente tuvo una gran
presencia y dio lugar a núcleos que, desde la antropología médica, las
ciencias sociales aplicadas a la salud y la medicina social generaron en
diversas instituciones de educación superior investigaciones y posgrados
críticos de la realidad sanitario-asistencial y de la orientación
curativa y mercantilista del modelo médico hegemónico. Estos grupos
académicos coincidían con las ONG feministas en la denuncia de
las políticas de planificación familiar estatales, que imponían a las
mujeres métodos definitivos o riesgosos de control natal, sin brindar
a las mismas información suficiente que les permitiese normar sus
decisiones. Estas críticas, sin embargo, se realizaban en ámbitos diferentes
sin sumar esfuerzos y sin establecer alianzas coyunturales ni
permanentes (Cardaci, 1995, 2002).
El feminismo hacía hincapié particularmente en que la legislación,
los programas y las políticas de control natal y salud dirigidos a las
mujeres se fundaban en discursos y concepciones esencialistas que subordinaban
la sexualidad femenina a la maternidad y buscaban resguardar
los valores de la familia, la procreación y la pareja establecida
con base en las relaciones de género tradicionales. Se destacaba que los
programas se diseñaban teniendo como punto de partida la relación
maternidad-familia-anticoncepción y se orientaban principalmente a la
reducción del número de hijos, minimizando la importancia del uso de
anticonceptivos para el ejercicio de una vida sexual independiente de la
procreación.
En síntesis, la década de los ochenta fue una etapa de crecimiento de
las organizaciones dedicadas a lograr una mayor equidad para las mujeres
en diversas esferas, entre las que se encuentra su salud sexual y
reproductiva. Si el trabajo que realizaba este sector del feminismo era
predominantemente asistencialista o no fue en esta etapa un punto polémico
en el interior del propio movimiento. El análisis del "antiestatismo"
a ultranza y del aislamiento de las ONG por su temor a ser cooptadas
tomó más tiempo pues comenzó a realizarse a finales de este periodo.
Durante los años noventa este "autoanálisis" fue acompañado por una
búsqueda de mayor visibilidad de las organizaciones tanto en la política
internacional como en la nacional. Las actividades anteriores y posteriores
a las conferencias internacionales fueron un elemento decisivo,