SOCIEDAD CIVIL y diversidad - Acceso al sistema - Cámara de ...

LEVIATÁN DESAFLWO • 203
campo particular de estudios de juventud, pero este conocimiento
producido es un dato clave para subrayar la (auto)crítica a la complicidad
involuntaria con la práctica invisibilidad en los análisis en torno
al proyecto-pacto social que ha venido definiendo el espacio, las
reglas, la sanción para la configuración de la categoría "jóvenes" en
sus dimensiones político-sociales.
En este sentido, producir una "representación transparente", analíticamente
hablando, de la relación del Estado mexicano con los jóvenes
y a partir de ahí establecer un balance entre los cambios y las continuidades
en el propio Estado, constituye un enorme desafío que no puede
ser abordado desde la lógica de un análisis discursivo de los planes y
programas que a nivel de políticas orientadoras se han producido en el
país en el transcurso de los últimos años a propósito de este sector de
la población -aunque estos datos ayuden-, sino a través de una cartografía
que, en el nivel de las prácticas, las posibilidades objetivas, el establecimiento
de condiciones equitativas, sea capaz de reconocer el horizonte
real en que mujeres y hombres jóvenes se configuran como actores
políticos, es decir, ciudadanos, en una sociedad sacudida por los vientos
neoliberales que redefinen los ejes a partir de los cuales se pertenece
o no al "mundo" y arrasan con los dispositivos y categorías de
pertenencia, otrora definidos desde la unidad representada por el Estado-nación.
La creciente diversificación de la sociedad mexicana, la (re)emergencia
de "nuevas" categorías que irrumpen en la escena social y ponen en
entredicho las definiciones universalistas de la ciudadanía (mujeres, indígenas,
homosexuales), entre otros factores, complican las relaciones del
Estado con una sociedad a la que ya no le bastan las orientaciones generales
en el plano de las políticas públicas. Visto desde otra perspectiva,
al Estado se le han multiplicado los interlocutores y los sujetos políticos
que desbordan los márgenes de los espacios tradicionales en los
que estos sujetos eran reconocibles: por ejemplo, los trabajadores agrupados
en sindicatos o los campesinos en corporaciones. A la figura del
obrero, del campesino, del profesionista, del estudiante, se superponen
elementos (género, edad, etnia, entre otros) que obligan al replanteamiento
del papel del Estado en una sociedad caracterizada no sólo por
el reparto inequitativo de la riqueza, sino especialmente por el reparto
inequitativo del riesgo (Reguillo, 2002).
Considero importante presentar algunos rasgos "fotográficos" de
esos actores evanescentes y múltiples, en el México del siglo XXI.