SOCIEDAD CIVIL y diversidad - Acceso al sistema - Cámara de ...

56 • RAFAEL MONTESINOS
cupación la reorganización del nuevo gobierno, lo que en mucho explica
la actividad política que importantes sectores de empresarios adoptaron
y que promovieron la creación de dos importantes organizaciones
empresariales: Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio
(Concanaco), 1916, y la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin),
1917.
Los empresarios mexicanos exigían al gobierno constitucionalista
que considerara sus intereses en las decisiones subsecuentes, por ello, la
manera formal como se articulan los empresarios en el desarrollo del
sistema político posrevolucionario, se ubica a partir de esta estructura
corporativa que comienza a dibujarse después del triunfo de la Revolución
mexicana.
Se trata de un momento en el cual no se ha definido el papel que desempeñarán
los partidos políticos, pues no se sabe el manejo que desde
el poder se da al caudillismo, causa de la violencia que había caracterizado
a los primeros años posrevolucionarios. Los empresarios habían
logrado generar un compromiso con el gobierno constitucionalista para
que considerara a la Concanaco y a la Concamin, como órganos de consulta
en el proceso de toma de decisiones en la gestión gubernamental
(Valdés, 1988). Evidentemente los empresarios no se conformaban con
dicho papel, hasta cierto punto informal, pero estaban convencidos de
la importancia que tendrían en la reconstrucción del país y de la buena
voluntad mostrada por el gobierno de Carranza, quien había ofrecido
todas las condiciones para la creación de esas cámaras patronales. Además,
los empresarios mexicanos sabían que la pacificación del país no
estaba asegurada y que el liderazgo gubernamental habría de tomar
con cautela la negociación con las clases trabajadoras, por lo cual
"aceptaron" el ambicioso programa de reparto de tierras, esperando que
los gobiernos subsecuentes demostraran un equilibrio entre la clase
obrera emergente y los empresarios mexicanos.
No obstante los conflictos generados por las implicaciones políticas
y económicas de la Constitución de 1917, las empresas petroleras estadounidenses
y el gobierno mexicano encontraron un punto de negociación
que adquirió forma en los Tratados de Bucareli, donde México
aceptaba que la explotación de esa industria continuara bajo la dirección
del capital estadounidense. Éste fue el contexto en el cual los empresarios
comenzaron a dar forma a uno de los principales rasgos de su
cultura política, la cual giró desde entonces, a partir de verter sus opiniones
en la prensa. En un escenario político donde los medios de difu-