SOCIEDAD CIVIL y diversidad - Acceso al sistema - Cámara de ...

LOS EMPRESARIOS YLA POLÍT1CA 57
sión no tienen el impacto que supone toda sociedad moderna queda claro
que se trataba de crear una ambiente de crítica ante muchas decisiones
gubernamentales, de llamar la atención de las clases altas respecto
de cualquier indicio que pareciera afectar los intereses de los propietarios
del capital. El espacio público comienza a adquirir forma a partir,
quizás, de la constante confrontación de dos visiones del mundo que en
lo sucesivo se recrearían desde la posición nacionalista de los gobiernos
que promovieron el desarrollo económico que se conoció como modelo
de sustitución de importaciones y las posiciones que los empresarios
mexicanos vertían a partir de sus organizaciones sectoriales.
De hecho, el avance de los intereses de la incipiente clase obrera, desde
sus formas de organización hasta las pretensiones de uno de sus líderes
más importantes, Luis N. Morones, líder de la CROM, quien desde su
posición como Secretario del Trabajo dejaba muy clara su intención de
crear un partido representativo de la clase obrera; predisponía la actitud
de los empresarios nacionales respecto de la gestión gubernamental,
pero sobre todo, respecto a las alianzas creadas con ese sector que
en todo caso se traducía en el avance político-legal de sus derechos (Collado,
1996).
Evidentemente, la iniciativa gubernamental para crear la Ley Federal
del Trabajo y la creación del Partido Nacional Revolucionario (PNR),
que parecía resolver los problemas del caudillismo en nuestro sistema
político, generaron una reacción inmediata de los empresarios mexicanos
quienes, encabezados por Luis G. Sada, importante líder del Grupo
Monterrey, crearon en 1929 el primer sindicato empresarial, la Confederación
Patronal de la República Mexicana (Coparmex), cuyo objetivo
era explícitamente defender los intereses del sector ante los embates de
las clases trabajadoras.
Si bien la situación no representaba el peligro de la rebelión, como
amenazaba un pasado caudillista y la inmediatez de la rebelión cristera,
sí se definían algunos elementos fundamentales del sistema político
mexicano. Se había creado un partido que garantizaba la unidad política
requerida para imponer el orden, se estaban construyendo las bases
de una estructura corporativa que legitimaría a los gobiernos posrevolucionarios
y se definía un perfil nacionalista que guiaría el desarrollo
del mercado que comenzó desde los años treinta. La creación de la
Coparmex representaba la intención política de un importante sector de
industriales mexicanos de colocarse políticamente en contraposición al
proyecto de nación que se consolidaría en las subsecuentes décadas, re-