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882 • E~rEBAN KROrz y ROSALÍA WlNOCUR
preguntas sus propias formas de participar o las formas legítimas de participación
en distintos contextos socioculturales. Lo anterior podría explicar
por qué muchos entrevistados respondieron sistemáticamente no a
muchas situaciones planteadas por la encuesta. fur ejemplo, a la pregunta:
"¿Pertenece usted a una organización civil", la mayoría respondió que
no. Prácticamente nadie identificó alguna de sus formas de agrupación,
aunque muchas de ellas podrían encuadrarse dentro de esta modalidad.
Asimismo, el diseño de la encuesta aisló la indagación sobre las formas
de participación del conjunto de las actividades cotidianas propias de
una localidad donde normalmente se organiza la sociabilidad y, de ese
modo, separó acciones que en la práctica están vinculadas o forman parte
simultánea o escalonada de una estrategia concertada para demandar
algo frente a las autoridades. Difícilmente el hecho de firmar una carta,
de asistir a un acto de protesta o de llamar a un medio de comunicación
se presente disociada de otras acciones previas o posteriores.
En el sentido expuesto, para la valoración de las modalidades y estrategias
de participación, no pareciera ser de mucha utilidad clasificar
registros de participación en acciones que se presentan de manera
abstracta, fuera del contexto donde ocurrieron o de la experiencia
concreta del sujeto. El hecho de que alguien responda que no pertenece
a ninguna organización vecinal, ¿significa que nunca participó en
alguna acción colectiva de su localidad Por otra parte, un estudio sobre
cultura política y elecciones en el estado de Querétaro mostró que
a mayor abstracción de la pregunta, mayor estereotipo o convencionalismo
en la respuesta, y, también, menor involucramiento. 9 No es
lo mismo preguntar: "¿Usted alguna vez participó en una reunión comunitaria",
a preguntar"¿Usted asistió a las reuniones que organizó
la parroquia para juntar fondos para los familiares de las víctimas
de la inundación" Tampoco es igual preguntar "¿Alguna vez participó
en un movimiento de protesta de su colonia" a formular: "Cuando
se fue la luz por una semana, ¿qué hicieron los vecinos de esta colonia"
o "¿Cuál fue el último problema serio que se presentó en su
colonia, dos vecinos hicieron algo para solucionarlo, ¿qué fue lo
9 Dicha investigación sobre cultura política y elecciones realizada en el año 1994 para el gobierno
del estado de Querétaro permitió comprender la paradoja entre la percepción generalizada de que había
fraude electoral en México (SO por ciento) y su disminución considerable cuando se preguntó por una
elección en particular en la localidad (20 por ciento). Cuanto más distante (espacial y temporalmente)
era la elección en la experiencia del entrevistado, más se afirmaba el fraude como un dato incuestionable.
En contraste, cuando se preguntaba por una elección concreta más cercana en el tiempo y en la misma
localidad, la percepción de fraude disminuía notoriamente (Ubaldi y Winocur, 1997: 202-203).