SOCIEDAD CIVIL y diversidad - Acceso al sistema - Cámara de ...

200 • ROSSAL'lA REGUlLLO
pejar se articula al conjunto de procesos que el Estado (en sus diferentes
momentos) operó, para instaurar como interlocutores de su proyecto
a los jóvenes.
Concederle un poder absoluto al Estado puede terminar por invisibilizar
la capacidad de agencia de los actores sociales; pero asumir que éste
ha perdido o ha renunciado (en función de los vientos del mercado) a su
poder es igualmente riesgoso en tanto es fácil desplazar el foco del análisis
hacia una lectura demasiado optimista del margen de maniobra que
hoy los individuos tienen en el contexto de múltiples fuerzas que operan
como constricciones de la acción, entre ellas, el Estado, pese a que el pacto
social que le ha dado su sentido y su legitimidad está fracturado. El desafío,
me parece, es cómo sostener la tensión analítica entre la estructura
y el sujeto, entre la participación-invención y el control.
PRIMER ENCUADRE
Uno se va al "otro lado" porque no hay de otra; se prostituye porque
el hambre arrecia; se vincula a los circuitos del narcotráfico porque es
la única manera de sobrevivir; se acepta la pobreza y la inviabilidad como
costo inevitable y destino histórico. Y, por otro lado, se fortalece la imagen
del "llanero solitario", el individuo que triunfa "a pesar de todo",
de una individualidad -tenaz y emprendedora- que flota al margen de
cualquier constricción objetiva, el "sí se puede" se eleva a rango de credo
y "allá ellos que se quedan atrás". Resignación e individualismo
constituyen la clave en la que muchas personas colocan hoy su potencial
ciudadano y esto al tiempo que se aligera, se complica el panorama
para la instauración del debate en torno a las "herencias y cambios del
Estado".
Política de la resignación, política del individualismo, secuestro de la
voz subalterna ya no por los partidos, sino por los consorcios comunicativos
y las industrias culturales que se erigen en portavoces y representantes
de un malestar social que no logra tener acceso a las agendas políticas,
legislativas, a los "grandes" debates nacionales, centrados y tal vez
desbordados por la lista de urgencias que comprometen la posibilidad de
continuidad.
El asunto no es trivial y constituye, a mi juicio, uno de los aspectos
nodales para pensar y analizar la relación del Estado mexicano
con sus jóvenes, que más allá del derecho a piso conquistado por su