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CULTURA POLÍTICA YPARTICIPACiÓN CIUDADANA' 391
Con respecto a éstos últimos hay que volver a llamar la atención
sobre qué tan fuertemente se encuentra identificado en los análisis "lo
político" con la política formal y, más específicamente aún, con la política
a nivel federal y estataL21 Desde hace tiempo ha sido documentado
que en muchos poblados rurales 22 y barrios existe un conocimiento
relativamente preciso de los procesos y actores políticos y un involucramiento
político a nivel local bastante generalizado e intenso. Sin embargo,
esto a menudo no se prolonga hacia ámbitos supracomunitarios
y, además, como ya se mencionó, las formas comunitarias de participación
política son discontinuas y no claramente separables de otras; por
tanto, no queda consignado por muchas encuestas que frecuentemente
privilegian excesivamente los niveles estatal y federal -sin considerar
que en la experiencia cotidiana todos los niveles se encuentran embonados.
La movilidad geográfica forzada por la organización moderna del
trabajo asalariado, del sistema educativo y del comercio ha debilitado
los límites de estas comunidades subculturales y ha dificultado su reconocimiento,
pero no ha eliminado este sustrato básico de la experiencia
cotidiana del poder en todas sus formas y de los intentos de
manipularlo, evadirlo o aprovecharlo. La mención de estos últimos
elementos también hace patente que no necesariamente "lo político"
debe ser referido a lo formalmente político, o sea estatal, sino que desde
una perspectiva más amplia, habría de incluir otras clases de poder
(económico, mediático, etcétera) e incluso considerar el poder como una
dimensión omnipresente en toda relación y realidad social - lo que tendría,
evidentemente consecuencias para la concepción de "cultura política"
y de la "participación".
Pero incluso independientemente de la reducción o no del ámbito de
la vida política a la política formal-estatal y también federal-electoral o
no, hay que reconocer que la relación entre cultura y estructura, entre
conocimientos, actitudes y valores, por una parte, y actuación, por
otra, es más compleja de lo que parece en muchos comentarios al respecto.
A menudo se supone que "si se cambia la cultura se cambia el
comportamiento" (Varela, 1996b: 43).23 Pero esta concepción mecánica
21 Véase nota 6. Concuerda con esta visión reduccionista que un reciente diccionario especializado
define "participación política" como "toda actividad de los ciudadanos dirigida a intervenir en la designación
de sus gobernantes o a influir en la formación de la política estatal" (Malina y Pérez, 2003: 955).
22Así, por ejemplo, el recientemente fallecido antropólogo Arturo Warman comprobó hace ya bastantes
años "que los campesinos son el grupo que más tiempo y esfuerzo dedica a la polftica y que su pasividad
es en buena medida imaginaria" (Warman, 1976: 8). Véanse al respecto también las notas 12 y 13.
23Dicho autor introduce aquí el concepto de "dispositivos habituales" (Varela, 1996b: 43).