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LA JERARQUÍA CATÓLICA YLA TRANSICiÓN MEXICANA' 347
to de Prigione como del Vaticano. Si Prigione, en un principio, representó
un papel de disciplina, al final del salinismo las fuerzas se centrifugan. 9
El "Club de Roma" o los discípulos de Monseñor Prigione
En los últimos tres años, en torno a los cambios que han sacudido a la
Iglesia mexicana, aparece la sombra del llamado "Club de Roma" como
un grupo de poder dentro de la CEM, como orquestador no sólo de los
precipitados movimientos sino del grupo que aspira a conducir los destinos
de la Iglesia católica mexicana.
El término "club de Roma" fue utilizado por primera vez por el sacerdote
asesor jurídico del arzobispado metropolitano, Antonio Roqueñí.
En una declaración al periódico La Jornada, Roqueñí se refería al
grupo de Durango 90, en la colonia Roma, sede del arzobispado donde
despacha el cardenal Norberto Rivera. Posteriormente analistas, columnistas
y periodistas lo usan para designar aquellos altos prelados con
mayor peso, entre los que se encuentran los cardenales Norberto Rivera
y Sandoval Íñiguez, y los obispos Onésimo Cepeda, Emilio Berlié,
Héctor González y Luis Reynoso. No es ningún concepto sociológico,
sino una simple expresión irónica para definir a un pequeño grupo de
obispos mexicanos poderosos que aprovechan su posición y sus altos
contactos en Roma, principalmente con la Secretaría de Estado, y que
han venido imponiendo sus criterios al conjunto de los obispos. En Roma
cuentan, además del apoyo del cardenal Angelo Sodano, con la colaboración
de dos personajes claves: monseñor Javier Lozano Barragán y el
propio Jerónimo Prigione, quien, además de ser paisano de Sodano, es
uno de sus asesores para cuestiones de política en América Latina. Por
la envergadura eclesiástica de sus miembros y la ubicación de las plazas
episcopales más importantes del país, son quizás el conjunto de
obispos con mayor nivel.
Entre 1978 y 1997, monseñor Prigione hizo un relevo generacional
moviendo a más de 84 por ciento de los obispos actuales. Esto trajo
9No se trata de realizar aquí un balance de los 19 años de nuncio de Prigione pero por razón de
espacio sólo mencionamos otros hechos relevantes para los objetivos del presente análisis. Como todo
hombre de poder político, ha tenido que enfrentar las consecuencias de su visibilidad; se le vinculó a
Carlos Cabal Peniche, fue criticado por apoyar y tener como aliado al entonces abad de la Basílica,
Guillermo Schulenburg, se vio envuelto en el escándalo de las entrevistas con los buscados narcotraficantes
AreIlano Félix. Se le criticó, su postura blanda y su apoyo a la versión de la PGR de "confusión"
en el trágico asesinato del cardenal Posadas o las disputas frente a la arquidiócesis del cardenal
Corripio por el tipo de registro corporativo que inició ante la Secretaria de Gobernación.