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350 • BERNARDO BARRANCO V.
las presiones del entonces comisionado Manuel Camacho pero también
de la movilización de la opinión pública nacional e internacional.
Elpecado de Justo Multar
El segundo nuncio apostólico en el siglo xx, Justo Mullor García, llegó
a México el 21 de junio de 1997 con la misión, según declaró, de
afrontar la realidad de la nación "tal como es", de "ser amigo de todos"
y de "respetar la opinión de los mexicanos y de sus pastores". En
rueda de prensa, expresó que su perfil era "90 por ciento pastoral y
1O por ciento diplomático". Con 65 años de edad y una amplia trayectoria
como hombre de experiencia en la diplomacia de la Santa
Sede, Mullor enfrenta las tensiones de un forcejeo interno por la representación
y la definición de liderazgos. Otro punto de la agenda era
el asentamiento institucional, no discrecional, y gradual de las relaciones
entre la Iglesia y el Estado. Chiapas figuraba también en su
agenda, por cierto inédita, ya que ésta constituía su primera experiencia
latinoamericana. Dicho de otra manera, Mullor, cercano al
Opus Dei, tiene su primer contacto e intervención con la teología de
la liberación en Chiapas.
Justo Mullor toma distancia de su antecesor, no viene a México
gratuitamente. Remplaza a un nuncio mimetizado con el sistema político
mexicano, en un proceso de cambios inciertos y transiciones sin
rutas claras: Prigione tendía a convertirse en un "nuncio incómodo"
tanto para la Iglesia mexicana como para el nuevo gobierno del presidente
Zedilla, ya estaba muy identificado con el salinismo en plena desgracia.
Prigione, digámoslo de manera cruda, dejó de ser funcional para
la nueva geopolítica del Vaticano, y Mullor tuvo la misión de construir
una nueva fase más institucional de la Iglesia católica mexicana con el
Estado y con la sociedad mexicana. Sus constantes viajes con las dife~
rentes diócesis a lo largo y ancho del país,11 hacían pensar en un nuncio
para rato. Sin embargo, su salida prematura (el promedio de un
nuncio fluctúa entre los tres y cinco años por país), habla de cambio
tanto de planes como de expectativas por parte de la Santa Sede sobre
México.
11 Visitó cerca de 60 diócesis, "recorriendo 30 estados pero de modo fragmentario y casi siempre rápido",
Época, núm. 446, 30 de diciembre de 1999, pp. 12-13.