SOCIEDAD CIVIL y diversidad - Acceso al sistema - Cámara de ...

LA JERARQUÍA CATÓLICA YLA TRANSICIÓN MEXICMiA • 365
en cualquier otro país actuar abiertamente. Este debate no sólo ha
puesto de manifiesto la ausencia de un marco jurídico adecuado (arrastramos
viejas formas discrecionales de hacer política), sino nos invita a
remirar el papel social de la jerarquía católica en un contexto nuevo.
Hay que recordar la paulatina y creciente irrupción del cuerpo eclesial
que, como instancia política visible, tiene por lo menos 20 años y se vio
favorecida por el profundo desgaste del sistema político mexicano. Indudablemente
las transformaciones del Estado con la sociedad propiciaron
el surgimiento de la jerarquía como actor político, especialmente en
los últimos sexenios priistas, y convirtió a la Iglesia como tal en un potencial
espacio de articulación sustitutiva para amplios núcleos conservadores
opositores.
Los obispos han continuado privilegiando la interlocución del poder.
Como en sexenios anteriores, inserfan sus demandas durante los
procesos electorales porque eran los momentos de mayor debilidad en
el viejo sistema político mexicano y las posibilidades de negociación y
acomodos eran mayores. Esta ha sido la herencia del antiguo nuncio
Jerónimo Prigione y esta es la escuela fielmente seguida por Norberto
Rivera, Onésimo Cepeda, Emilio Berlié y Juan Sandoval Íñiguez. Esta
estrategia puede resumirse en la negociación con los poderes político y
económico y la construcción de una Iglesia de masas, disciplinada, como
diría Giancarlo Zízola, mediática y triunfalista. Sin embargo, a esta
parte de la Iglesia le cuesta mucho trabajo relacionarse con otros sectores
sociales y políticos que también emergieron recientemente y que actualmente
son los actores de la transición. En suma, a la jerarquía católica
se le dificulta relacionarse con las organizaciones de la sociedad
civil, con los partidos, los sindicatos, los medios, la academia, los intelectuales
y especialmente los grupos minoritarios. De aquí se desprende
que el verdadero reto que enfrenta la Iglesia no es el conflicto tradicional
con el Estado ni encontrar nuevos equilibrios con el poder sino el
que proviene de las transformaciones de la sociedad que se moderniza
y seculariza desde hace más de medio siglo.
Recordemos que las principales tensiones que la institución católica
ha enfrentado no han sido con el Estado sino con diversos sectores de
la sociedad, desde las denuncias al clero por pederastia, la disputa cultural
por el filme del padre Amaro hasta los poco claros negocios para
comercializar a la Virgen de Guadalupe, colocan a una jerarquía sacudida
y cuestionada en un asunto tan sensible para toda magistratura