MONOGRAFIA_18_Discapacidad
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grupo de trabajo del seminario de investigación en bioética<br />
de la universidad complutense de madrid<br />
No es compatible, ni con los principios básicos de la bioética ni con el ordenamiento<br />
jurídico español, que tal labor de asesoramiento sea directiva o coercitiva,<br />
o que se digan sólo medias verdades cercenando parte de las posibilidades<br />
existentes. Hay que subrayar aquí la dificultad intrínseca que todo proceso comunicativo<br />
presenta, y más cuando se están transmitiendo malas noticias, muchas<br />
veces expresadas en términos porcentuales de riesgo. Pero esta dificultad no significa<br />
que no pueda darse una comunicación no directiva, sino que implica que el<br />
profesional debe estar más atento a realizar lo mejor posible su tarea, que ésta no<br />
se puede realizar de cualquier manera.<br />
Lo cierto es que esa labor no siempre se hace correctamente, y no pocos<br />
facultativos presentan la interrupción del embarazo como la única solución plausible,<br />
incluso en términos de obligación moral respecto del nasciturus y de la<br />
sociedad. Así, por ejemplo, en el IX Congreso Mundial sobre el Síndrome de<br />
Down, celebrado en Vancouver (Canadá) en agosto de 2006, se afirmó que con<br />
enorme frecuencia las mujeres embarazadas entran en el camino del diagnóstico<br />
prenatal sin conocer bien a dónde se les lleva, ni se les da información adecuada<br />
y comprensible sobre probabilidades y riesgos, algo que vulnera los más elementales<br />
criterios de una buena práctica clínica. Se rechazó allí la frialdad y dureza<br />
con que las madres son informadas a lo largo del proceso y la frecuencia con que,<br />
de hecho, se les niega el derecho a elegir “el no elegir”.<br />
En el fondo hay un doble mensaje, que muchos consideran incoherente e hipócrita,<br />
pues por un lado se dice que las personas con discapacidad tienen derechos<br />
como cualquier otro ser humano (enfoque de derechos humanos) y, por el otro, se<br />
considera que la discapacidad es causa suficiente para interrumpir un embarazo<br />
(enfoque biomédico en el que la discapacidad se interpreta como sinónimo de enfermedad).<br />
De fondo, se critica que bajo este tipo de enfoques pueda esconderse un<br />
propósito eugenésico. La eugenesia es una vieja conocida de la Humanidad. No nace<br />
ni con Galton ni con los nazis, aun cuando en la primera mitad del siglo XX alcanzó<br />
sus expresiones más dramáticas, tal y como nos recuerda Martha C. Nussbaum:<br />
“Nuestro temor a la intervención genética no es un simple temor irracional. Tiene<br />
raíces históricas: recordamos los excesos y las vejaciones del movimiento en pro de<br />
la eugenesia de principios del siglo XX, las esterilizaciones forzadas de los “no aptos”,<br />
la cosificación y el vilipendio de las personas discapacitadas y las desdeñosas<br />
actitudes clasistas y racistas enmascaradas como ciencia. La culminación natural de<br />
este movimiento, como todo el mundo sabe, fue el horror de la eugenesia nazi”.<br />
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