Jefatura femenina de hogar, pobreza urbana y exclusión - CROP
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María <strong>de</strong>l Carmen Zabala Argüelles<br />
trabajo, presencia mayoritaria <strong>de</strong> los adultos vinculados laboralmente<br />
en el sector estatal tradicional, en empleos con bajo nivel <strong>de</strong> remuneración<br />
y acceso nulo o muy pequeño a los ingresos en divisas. Respecto al<br />
consumo, <strong>de</strong>staca la insatisfacción en la alimentación <strong>de</strong> estos <strong>hogar</strong>es,<br />
dado que la misma <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> fundamentalmente <strong>de</strong> las ofertas racionadas<br />
<strong>de</strong>l mercado estatal complementadas con la alimentación social y<br />
otras formas <strong>de</strong> protección. El estudio incluyó a<strong>de</strong>más una exploración<br />
<strong>de</strong> la subjetividad en una submuestra <strong>de</strong> <strong>hogar</strong>es en riesgo <strong>de</strong> <strong>pobreza</strong>,<br />
particularmente en cuestiones relativas a los significados <strong>de</strong> la <strong>pobreza</strong>,<br />
la evaluación <strong>de</strong> sus condiciones <strong>de</strong> vida, sus estrategias y expectativas<br />
(Ferriol, Ramos y Añé, 2004).<br />
un estudio realizado por Viviana togores (2000) utiliza la <strong>de</strong>nominación<br />
<strong>pobreza</strong> <strong>de</strong> ingresos, situación que se i<strong>de</strong>ntifica al comparar el<br />
gasto para cubrir los requerimientos mínimos alimentarios y el ingreso<br />
per cápita mensual y constatar que el ingreso resulta insuficiente para<br />
cubrir sólo necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> alimentación básicas <strong>de</strong> aquellas personas<br />
que se ubican en los tres intervalos más bajos <strong>de</strong> ingresos <strong>de</strong> la población<br />
cubana. En un trabajo posterior, esta investigadora combina<br />
en sus análisis las tasas <strong>de</strong> <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los <strong>hogar</strong>es, los ingresos<br />
salariales y una estimación <strong>de</strong> la canasta básica <strong>de</strong> alimentos, encontrando<br />
que el 48,4% <strong>de</strong> la población no logra satisfacer completamente<br />
sus necesida<strong>de</strong>s alimentarias (togores, 2004). En esta situación inci<strong>de</strong><br />
el <strong>de</strong>terioro <strong>de</strong>l salario real <strong>de</strong> la población, <strong>de</strong>bido al incremento <strong>de</strong>l<br />
índice <strong>de</strong> precios al consumidor 36 , cuestión que afecta especialmente a<br />
aquellos sectores cuya principal fuente <strong>de</strong> ingresos es el salario, lo que<br />
explica que, aunque los salarios y pensiones se mantuvieron estables<br />
durante la crisis y reforma económicas, ellos se tornan insuficientes<br />
para cubrir sus necesida<strong>de</strong>s básicas mediante el mercado. Pero al mismo<br />
tiempo, señala la autora, se mantuvo una redistribución secundaria<br />
<strong>de</strong>l ingreso mediante los gastos sociales –en educación, salud, asistencia<br />
social, etcétera–, los cuales mantuvieron una ten<strong>de</strong>ncia creciente, que<br />
aunque no compensa las pérdidas <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r adquisitivo, tiene una influencia<br />
favorable en la población, particularmente en aquellos sectores<br />
con mayores carencias (togores, 2000). Aunque los salarios e ingresos<br />
medios mensuales <strong>de</strong> los trabajadores <strong>de</strong>l sector estatal civil en Cuba<br />
manifiestan una ten<strong>de</strong>ncia creciente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el inicio <strong>de</strong> la recuperación<br />
económica y los niveles <strong>de</strong> <strong>de</strong>sempleo han <strong>de</strong>scendido, la recuperación<br />
<strong>de</strong> su po<strong>de</strong>r adquisitivo no ha tenido el mismo ritmo y, por en<strong>de</strong>, el<br />
36 Datos referidos por boris nerey aportan elementos que precisan esta situación: según<br />
Ferriol, Carriazo Moreno et al. (1997) el alza <strong>de</strong>l índice <strong>de</strong> precios al consumidor fue <strong>de</strong><br />
81% en 1993; según CEPAL (1997) el alza <strong>de</strong> dicho índice en 1996 con relación a 1989 fue<br />
<strong>de</strong>l 66%. Ver nerey (2004).<br />
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