SAN LUIS EN LA GESTA SANMARTINIANA.pdf

De esa esencia provienen nuestros hogares. Gez, al escribir sobre lo que él
llamó vida colonial, nos ha dejado en su “Historia…”, un exacto y bello cuadro del
industrioso hogar puntano. (25) Y nadie más que nuestro comprovinciano tenía tanta
razón para estampar esa verdad. Toda la aptitud del hogar castellano se volcó en
nuestra vida familiar, y ya sabemos cómo la romanización de tres siglos estaba en la
médula de ese hogar. (26)
La industria ganadera fue y es el alma de la economía del hogar puntano. Pero
en el ámbito modesto y fecundo de sus términos, en las estancias, para bastarse a sí
mismo, lo improvisó todo. Su artesanía era de raigambre hispánica, a pesar de las
inconsistentes ingenuidades de algunos indigenistas recalcitrantes.
El “eje diamantino”, diremos, de la vida institucional durante el período hispano
en San Luis, fue, sin duda, el Cabildo. Y aunque el término institucional resulte, para
la época, aparentemente exagerado, afirmamos que la gestión patriótica y múltiple del
Cabildo, le dio más contenido real que varias décadas de oligarquía liberal en el
transcurso de nuestra vida nacional semi-independiente.
¿Y la educación? Comenzó con la milicia, que fue cruzada de casi tres siglos,
y se continuó en el hogar y en la escuela de primeras letras, -dominicana o jesuítica,
dependiendo de la Junta de Temporalidades o del Cabildo, urbana o rural- (27) donde
el abecedario tenía esos respaldos inmarcesibles que son la oración y la doctrina
cristiana.
¿Qué resultó de todo eso? Que cuando la patria necesitó héroes, aquí los
encontró. Y así se explica que una provincia con 16.837 habitantes, entre 1810 y
principios de 1820, participara en la Guerra de la Independencia, aproximadamente
con la cuarta parte de su población, es decir, con más de 4.000 soldados, la mayoría
voluntarios y sin elección de destino. (28)
Factor Geográfico: El Medio Físico y Biológico
En el decurso del parágrafo anterior hicimos mención del escenario histórico
donde ocurrieron las acciones que estudiaremos. Su delimitación era casi idéntica a
la actual, más aquella parte –muy valiosa por supuesto- que la provincia de San Luis
perdió en su pleito de límites con la de Córdoba en 1883. La parte central de este
seudo cuadrado, es montañosa. Un inmenso rombo, orientado de S.O. a N.E., se
desparrama hacia todos los vientos por más de mil quebradas bellas, pastosas y con
aguada. La altura mínima alcanza los 350 m (Laguna de El Bebedero); la media,
1.250 m; y la máxima, 2.152 m (picos Retana o Monigote) sobre el nivel del mar. (29)
El clima es benigno y la tierra fértil. Las precipitaciones pluviales alcanzaban, con
distribución irregular, los 500 mm anuales. Bosques y montes impenetrables cubrían
los valles bajos poblados de pumas y guanacos. La riqueza minera era y es muy
apreciable.
Allí, en las quebradas, al resguardo del malón, se establecieron y prosperaron
las estancias. Cuando los viajeros hablan de oasis o de travesía no debe tomarse
25
Ob. cit., t. 1, cap. IV, p. 98.
26
Menéndez Pidal, R., “Historia de España”, Madrid, 1935, t. 2, “España romana”. Ver “Economía familiar
cerrada”, cap. II, p. 343, trab. de M. Torres.
27
Furlong Cardiff, S. J., G..“La instrucción primaria en la Rep. Arg. durante la época hispana”, en “Boletín de la
Academia N. de la Historia”, Bs. As., 1945, vol. 18, p. 103. – Verdaguer, J. A., “Historia eclesiástica de Cuyo”,
Milán, 1931, t. 1, cap. XX, pp. 551-552.- Saldaña Retamar, R., “Un impulsor de la instrucción primaria en San
Luis”, en “Hoja Puntana”, San Luis, 15 feb. 1924, año XV, nº 218.
28
Gez, J. W., ob. cit., t. 1, cap. IX, pp. 237-238. Véase el cap. X de los presentes apuntes.
29
Gez, J. W., “Geografía de la Prov. de S. Luis”, Bs. As., 1938, t. 1, cap. II, p. 108, y cap. III, p. 208.