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SAN LUIS EN LA GESTA SANMARTINIANA.pdf

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fundadores de San Luis de Loyola Nueva Medina de Río Seco, transportaron día tras<br />

día los materiales con que se levantó el primer templo, y los de ahora, contribuyeron<br />

con democrático celo para edificar el suntuoso Santuario de Nuestra Señora del<br />

Rosario del Trono; acentuando idéntica modalidad: modestia en el aporte, pero<br />

modestia eficaz por oportuna y sostenida, modestia sacrificada y nunca rehuída como<br />

contribución patriótica. Vale decir, contribución exornada de inmolación, porque ella<br />

significó muchas veces hambre, muerte y desolación calladas, apenas si<br />

humedecidas con lágrimas en el silencio de los montes o en los páramos serranos,<br />

mas nunca confesados con desmedro.<br />

La narración, esta vez debida a la privilegiada pluma de Ada M. Elflein, ha<br />

inmortalizado en Cuyo ese tipo de contribución que alcanza el plano inmaculado de lo<br />

anónimo. Con “La cadenita de oro”, la autora de “Leyendas argentinas”, queremos<br />

creer que ha personificado en Carmen al pueblo puntano de la Independencia. (45)<br />

Pero entre nosotros, eso fue asombrosa realidad que superó, desde el primero al<br />

último día del esfuerzo común, los siempre pálidos y limitados contornos de la ficción.<br />

Modalidad de la contribución<br />

Durante diez años, 1814 a 1824, se realizó la contribución del pueblo de San<br />

Luis. En este lapso de tiempo no se puede anotar una sombra de desfallecimiento, un<br />

signo de disconformidad, un acto de deslealtad. Téngase presente que se afrontaba<br />

la más cruenta y memorable de las guerras civiles.<br />

Hasta 1816 todos fueron españoles, nacidos en la península o en América,<br />

pero españoles. Y, a pesar de la guerra, siguieron siéndolo por la hidalguía y el<br />

apasionamiento con que lucharon. La crisis institucional y política de España<br />

repercutió en todos los ámbitos de la comunidad hispánica, planteando un dilema en<br />

cada hogar. Es típico el caso, en San Luis, de D. José Jiménez Inguanzo fiel a la<br />

causa real, y de D. José Gregorio Jiménez, su hijo, uno de los primeros adeptos del<br />

“sistema americano”. (46)<br />

Las actitudes fueron claras, firmes, reflexivas. No se trataba de una corriente<br />

social instintiva ni de una reacción tradicional inconscientemente surgida ni de<br />

motivos que habían nacido subrepticiamente. Nada de eso; porque nada fue<br />

sorpresivo ni improvisado, como algunos investigadores han dado en afirmar. (47)<br />

Desde el Cabildo hasta las autoridades parroquiales y conventuales de la comunidad<br />

dominica; desde los moradores del pueblo hasta el último vecino de la jurisdicción;<br />

desde la guarnición local hasta los troperos y maestros de posta, estaban en el<br />

secreto.<br />

Y como la escuela de las contribuciones era clásica, (48) porque empezó su<br />

existencia ininterrumpida el día de la fundación de San Luis en 1594, se podía y se<br />

puede seguir afirmando que en tales crujías, y “atendiendo al bien común y lustre de<br />

45<br />

Elflein, A. M., “Leyendas argentinas”, Bs. As., 1920, p. 38.<br />

46<br />

Saldaña Retamar, Fr. R. de la Cruz, “Centenario de D. José Gregorio Jiménez”, en “Hoja Puntana”, San Luis, 1º<br />

mayo 1929.<br />

47<br />

Saldaña Retamar, alocución cit. Actuación en S. Luis del P. Provincial Isidoro Celestino Guerra, O. P. –Terán,<br />

Juan B., “La formación de la inteligencia argentina”, Bs. As., 1933, p. 19. Puede servir de ejemplo de falsa<br />

interpretación el “fiat” a que se refiere el autor.<br />

48<br />

El Procurador de la Ciudad al dirigirse al Cabildo, generalmente solicitaba la contribución en estos términos: “o<br />

bien hechando una prorrata por todos los vecinos de esta jurisdicción”. Saldaña Retamar, “Del pasado puntano”,<br />

en “Hoja Puntana”, S. L., septiembre 1924, nº 231.

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