SAN LUIS EN LA GESTA SANMARTINIANA.pdf
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En Chacabuco el regimiento Nº 8 formado por libertos cuyanos se cubrió de<br />
gloria. (281) ¿Cayeron ahí los puntanos? Y en Maipo, los negros libertos del mismo<br />
batallón enfrentaron el “Burgos” y dejaron en el campo de batalla 400 cadáveres<br />
como prenda segura de victoria. (282)<br />
Repitamos las palabras de San Martín al atravesar el campo de Chacabuco en<br />
viaje a Buenos Aires: -“¡Pobres negros!” (283)<br />
EL PUEBLO PUNTANO. (284)<br />
CAPITULO V<br />
Tratemos de rastrear la realidad étnica del Pueblo Puntano hasta el momento<br />
de esa enconada secesión, o larga guerra civil, que los argentinos llamamos de la<br />
Independencia. “Sin idealizaciones falsificadoras”, (285) como lo quería Carlos Pereyra,<br />
digamos qué sangre corría por sus venas, y, por sobre esto, qué impulsos superiores<br />
alentaron su empeño. Porque de esa cantera, el Cantero Mayor, el héroe que nos fue<br />
dado, San Martín, con paciencia de picapedrero, pero ante todo, con inspiración de<br />
taumaturgo, fue cortando uno a uno sus granaderos.<br />
Sin esta investigación previa, no es posible comprender la magnitud y la<br />
jerarquía de la contribución que estudiamos, no sólo porque hay que rectificar errores<br />
corrientes, sino porque es necesario descubrir y hacer ver con claridad cómo estaba<br />
asentado y qué delineación tenía el cimiento sobre el cual se levantó esa fábrica, a la<br />
vez gloriosa por su arquitectura moral, cuanto férrea por su organización militar, que<br />
fue el Ejército de los Andes.<br />
Algo anticipamos ya en la Introducción de estos apuntes, pero ahora es<br />
menester ahincar el esfuerzo y ahondar la discriminación para justificar una vez más<br />
que en el campo de la Historia solamente Dios obra milagros, y que los hechos se<br />
explican por los antecedentes o causas que lo han producido. La mayoría de los<br />
comentaristas, sobre lo trillado, sobre lo que no conocen sino bibliográficamente, y<br />
asimismo en forma incompleta, han tenido en cuenta, al estudiar la preparación del<br />
Ejército de los Andes, la realidad consumada; pero de la misma, que podemos<br />
comparar con un tejido maravilloso, han desconocido y siguen desconociendo la<br />
trama y la urdimbre.<br />
Para comprender al soldado de Chacabuco, de Maypo o de Chancay, a ese<br />
libertador anónimo que estamos acostumbrados a contemplar iluminado por la<br />
281<br />
Mitre, ob. cit., t. 2, p. 14.<br />
282<br />
Mitre, ob. cit., t. 2, p. 205. –Busaniche, J. L., “San Martín visto por sus contemporáneos”, Bs. As., 1942, p.<br />
113. –Rojas, R. “El Santo…”, p. 216.<br />
283<br />
Mitre, ob. cit., t. 2, p. 34.<br />
284<br />
El gentilicio puntano se ha derivado de punta, referida a la Punta de los Venados, extremo Sur de la Sierra<br />
Central de S. Luis cortado por el portezuelo del Chorrillo, y que mencionan en sus crónicas: Fr. Reginaldo de<br />
Lizarraga, Alonso Gonzáles de Nájera, el P. Alonso de Ovalles, S. J., Jerónimo de Quiroga y el abate Juan I.<br />
Molina, entre otros. Pueden consultarse estas referencias en la ob. “Cancionero popular…”, p. J. Draghi Lucero,<br />
pp. 449, 453, 463, 475 y 509.<br />
285<br />
Pereyra, C., “Quimeras…”, p. 209.