SAN LUIS EN LA GESTA SANMARTINIANA.pdf
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independiente los vicios se aumentaron. (459) Tras las huellas de López ha seguido del<br />
Valle, y mientras éste ha negado al español capacidad para la libertad (?) (460) , López<br />
ha afirmado la superioridad de las culturas autóctonas con respecto a la española,<br />
lamentando que la conquista hubiese destruido “los cultos municipios que habían<br />
dependido del imperio peruano”. (461) Pero del Valle fue más lejos, porque justificó esa<br />
incapacidad para la libertad en el hecho de haberse mezclado los españoles con los<br />
naturales. Que es tanto como convertir en vicio una virtud, aquélla que ha<br />
identificado el humanismo español con el único verdadero, no sólo por su realidad<br />
ecuménica, sino por la superlativa aptitud demostrada en esa tarea que ningún<br />
pueblo de la tierra ha cumplido mejor: “levantar a superior armonía las diferencias<br />
étnicas”, (462) tal cual lo estamos palpando en nuestros días.<br />
Gez ha repetido todos los dislates que hemos enunciado someramente, y<br />
muchos más, pero con el agregado de que no cayó en la cuenta de que se hacía eco<br />
de generalizaciones insostenibles, no solamente por ser tales, sino por estar viciadas<br />
en su origen, vale decir en los prejuicios que les servían de fundamento. De otro<br />
modo, Gez hubiera comprendido con facilidad que una institución como el Cabildo,<br />
actuando como había actuado siempre, y estando constituida casi por los mismos<br />
hombres, no podía pasar a ser benemérita después de haber sido a través de más de<br />
dos centurias una calamidad. (463)<br />
Pero así es el relativismo histórico de nuestros liberales antiprovidencialistas,<br />
pletórico de “rupturas” y transformaciones poco menos que milagrosas, que ellos<br />
explican mediante el comodín de la casualidad o recurriendo a alguna variedad de<br />
determinismo, que al fin de cuentas no cubre del todo la ingente ignorancia que les<br />
asiste, pero que nunca confiesan.<br />
La existencia social de nuestro pueblo, su actividad propiamente municipal y la<br />
que luego se conceptuó provincial dentro de la organización nacional, sólo se pueden<br />
explicar mediante el estudio amoroso y serio de esa institución calumniada que fue el<br />
Cabildo. (464) Y cuando se quiera escribir la Historia del nacimiento de la actual<br />
459 Entre 1800 y 1821, he aquí las reformas en lo que se refiere a la constitución de nuestro Cabildo. La<br />
designación de nacional al Alférez Real. La encontramos referida al Cabildo de 1816 (A. H. P. S. L., c. 18, e. 68)<br />
El cargo lo desempeñó don Matheo Gómez. El 23 de enero de 1821, en Cabildo Abierto, se suprimió este empleo<br />
y en su reemplazo se eligió un Regidor Fiel Ejecutor, resultando electo don Tomás Gatica. (Ibidem, c. 24, e. 34).<br />
La elección de sus miembros no varió substancialmente. Y en cuanto a los elegidos desde 1800 a 1820, se trataba<br />
de capitulares que pertenecían a la misma oligarquía dirigente. A don José Justo Gatica lo encontramos en el<br />
Cabildo de 1809 y en el de 1819 (Ibidem, c. 27, e. 14 y c. 19, e. 55, f. 37). Don José Manuel Riveros integra el<br />
Cabildo en 1813 y en 1820 (Ibidem, c. 16, e. 71 y c. 19, e. 55, f. 66 v.) Don Esteban Fernández era procurador de<br />
la ciudad en 1800 y lo era también en 1810 Cfr. “Los puntanos contra los jesuitas”, p. Reginaldo de la C. Saldaña<br />
Retamar, O. P., en “Hoja Puntana”, S. Luis, 1º de enero 1925 y A. H. P. S. L., c. 16, e. 70. Don Agustín Palma era<br />
Síndico Procurador en 1801, figura en el Cabildo de 1813 y fue Regidor llano en el de 1821 (Cfr. “Del pasado<br />
puntano”, p. Curioso – Saldaña Retamar en “Hoja Puntana”, S. Luis, 1º dic. 1924 y A. H. P. S. L., c. 16, e. 70 y c.<br />
24, e. 34). Y así ocurre con don Marcelino Poblet, don Tomás Baras, etc. El ramo de propios, entre 1800 y 1820 y<br />
las facultades, no varían.<br />
460 Del Valle, A., “Nociones de derecho constitucional”, Bs. As., 1942, “Introducción”, p. 9.<br />
461 López, V. F., ob. cit., t. 1, p. 196.<br />
462 Junco, Alfonso, “Nuestro hispanismo y nuestro imperialismo”, “Mundo Hispánico”, Madrid, feb. 1948, Nº 1,<br />
p. 8.<br />
463 *Aclaración: la nota correspondiente no se encuentra en el texto original.<br />
464 nuestro Anota autorizado investigador y crítico Fr. Reginaldo de C. Saldaña Retamar, O. P., “Del pasado<br />
puntano. Beneficencia pública colonial”, “Hoja Puntana”, S. Luis, 15 nov. 1924: “Los cabildos y gobiernos<br />
coloniales dictaron leyes y reglamento acerca de abasto, regadío, higiene, comercio, vialidad, docencia,<br />
costumbres, moralidad, etc., que el profano llega al dudar por momentos, si por ventura se halla ante un caso de<br />
daltonismo agudo que le hace ver las cosas al revés. Duda si sean las municipalidades, policías o ministerios<br />
modernos los que tales disposiciones discurren, los que tan sabios principios asientan. Sin embargo, abre los ojos<br />
y convéncese que se trata de asuntos y cosas, de sujetos y entidades actuantes dos o más siglos atrás. Esa es la