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SAN LUIS EN LA GESTA SANMARTINIANA.pdf

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en connivencia con la rebelión dominante en la mayoría de las provincias, las<br />

milicias puntanas estaban sobre las armas y los Granaderos a Caballo habían<br />

completado su alistamiento, (770) incorporando a la oficialidad una juventud<br />

disciplinada y leal, de la cual, entre otros, se había distinguido como defensores del<br />

orden: Juan Pascual Pringles, José Cecilio Lucio Lucero, Cornelio Lucio Lucero, José<br />

María Videla y Juan Esteban Pedernera. (771)<br />

Los síntomas de relajamiento aparecían en la misma División de los Andes. Se<br />

infiltraba la disensión por la vía de algunos oficiales comprometidos. Pero en San<br />

Luis, el ascendiente de Dupuy era incontrastable. De modo que, cuando en San Juan,<br />

el Capitán Porteño Manuel Mendizábal planeaba el amotinamiento de los Cazadores<br />

de los Andes, en San Luis, renovado el Cabildo el 1 de enero de 1820, -los regidores<br />

habían sido designados el 15 de diciembre de 1819 de acuerdo a lo dispuesto en el<br />

Estatuto Provisorio- (772) La corporación capitular colaboraba con una decisión y<br />

un espíritu de sacrificio que había llegado a extremos increíbles. (773)<br />

San Juan se pierde para la causa sanmartiniana el 9 de enero. Luzuriaga<br />

entrega el mando político al Cabildo de Mendoza ocho días más tarde. Entre el 17 y<br />

el 22 de enero parten de San Luis hacia Luján de Mendoza los Granaderos a Caballo<br />

que habían sido llamados con urgencia por el Gral. Rudecindo Alvarado. He aquí las<br />

palabras del coronel Manuel de Olazábal destacando el hecho. “De admirarse fue la<br />

lealtad de los intrépidos puntanos.” (774) Y Alvarado, en oficio del 24 de enero,<br />

informando a San Martín le dice: “Me es en extremo satisfactorio decir a V. E. que<br />

los escuadrones que salieron de San Luis, han llegado a los Barriales sin tener<br />

H. P. S. L., c. 25, e. 2. Todo el país se convulsionaba, y, sin duda, hombres como D. Tomás Baras y el licenciado<br />

D. Santiago Funes, estaban al tanto de lo que se tramaba, y no debían ser ajenos a ello D. Juan Manuel Panelo,<br />

fugado a la Prov. de Bs. Aires, y a quien ordenó procesar Dupuy, en nov. de 1819, por “díscolo”. Por otra parte,<br />

los ánimos, en el curato de Piedra Blanca de La Falda, con motivo de la designación del Dr. Hipólito Ramallo<br />

desaprobada por Luzuriaga, a más de la detención y traslado a Mendoza de D. Pedro Ignacio Rovere, vecino<br />

prestigioso del lugar citado, estaban soliviantados. Evidentemente, el procedimiento de Luzuriaga no fue el más<br />

acertado. Eso, durante casi dos años, y relacionado con un vecindario estrechamente unido a Córdoba. Es<br />

interesante comprobar que, cuando aparecen las primeras MONTONERAS en San Luis, las promueven y las<br />

dirigen hombres de ese partido y sus lindantes. Parece que Dupuy creía artiguista a Rovere.<br />

770<br />

Según el estado de fuerza publicado por Mitre –ob. cit., t. II, cap. XXIII, parág; IV, p. 414, nota (25), el 15 de<br />

oct. de 1819, vale decir al mes de encontrarse los Granaderos en San Luis, su efectivo alcanzaba a 635 soldados.<br />

Se puede calcular en no menos de 800 las plazas en los primeros días de diciembre. –Cfr. Olazábal, ob. cit., p. 93.<br />

771<br />

D. José Eusebio Gutiérrez, en un informe al Dr. A. J. Carranza, de fecha 4 de julio de 1869, menciona entre los<br />

oficiales que se incorporaron en 1819 a Granaderos, además a José Rodríguez, Rogato Herrera y José Mario<br />

Estrada. Cfr. “Apoteosis…”, t. I, p. 562. En el Arch. Hist. local comprobamos que, por disposición de San Martín,<br />

el Reg. Llano D. José C. Lucero, Ayud. de Mil. de Cab. “debe incorporarse executivamente” a Granaderos,<br />

quedando de hecho separado del Cabildo. C. 19, e. 55, f. 65. –Del oficial José María Rodríguez, hemos<br />

encontrado un papel sin fecha, en el que le comunica a Dupuy haber sido designado padrino de bautismo de varios<br />

soldados. Ibidem, c. 20, e. 13. Olazábal afirma que D. Cornelio Lucio Lucero, murió siendo coronel. –<br />

“Apoteosis…”, t. I, pp. 511-512, y agrega: “Los Valientes soldados Manuel Díaz y Maximiliano Toro, murieron<br />

ya coroneles, y el leal y terrible en el campo de batalla Pedro Gatica, que fue mi asistente desde 1813 a 1824.” –<br />

Ob. cit., pp. 512-13. –Gez completa la nómina con Sebastián Lucio Lucero. –Cfr. “Boceto Biog. del Cnel. José C.<br />

L. Lucero”, de la “Rev. Nacional”, Bs. As., 1904. –Hudson, D., menciona a Antonio Pizarro, como incorporado a<br />

Cazadores a Caballo, ob. cit., cap. seg., cont., 1819 a 1820, parág. III, p. 92. –Anschutz, C., ob. cit., t. II, pp. 235-<br />

255; Cfr. Listas de Revista.<br />

772<br />

A. H. P. S. L., c. 24, e. 34, f. 19.<br />

773<br />

Ibidem, c. 19, e. 55, f. 65 v.<br />

774<br />

Ob. cit., p. 100. El mismo día que llegaron los Granaderos a Caballo a Luján de Mendoza, partieron hacia<br />

Chile los Cazadores a Caballo. Podemos calcular este movimiento alrededor del 23 de enero. Cfr. of. del Gral.<br />

Rudecindo Alvarado a San Martín, fecha de Mendoza el 20 de enero de 1820 – “Rev. de la Junta de Est.<br />

Históricos de Mendoza”, Mendoza, 1937, t. IX, Nº 21-22, p. 165. – y “San Martín visto…”, por J. L. Busaniche,<br />

p. 159. Alvarado consideraba “contagiados” a los Cazadores, de tal modo, creyó conveniente separarlos de los<br />

Granaderos.

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