SAN LUIS EN LA GESTA SANMARTINIANA.pdf

apidez y decisión. No hay retaguardia. El enemigo está en todos los frentes. Y así,
codo con codo, espalda contra espalda, el pueblo en armas labora incesantemente a
fin de asegurar las victorias que vendrán. Nada de desaliento. Buena cara para recibir
al Libertador de Chile y firmeza para enfrentar los amagos del Este y del Sur. Por eso,
puede afirmarse sin jactancia, que si los nuestros ganaron laureles allende los Andes
y el mar, fue porque el Pueblo Puntano, mucho antes, con ahínco heroico, plantó y
cultivó con amor y sin desmayos algunas de esas plantas sagradas.
San Martín llegó a San Luis el 1 de mayo, (713) y regresó de Buenos Aires, muy
posiblemente, el 15 de julio. (714) Sabemos con certeza que el 14 de ese mismo mes
interesante y útil la lectura de esta obra del historiador bonaerense, por cuanto su punto de vista interpretativo de
la historia nacional lo coloca entre esos “algunos revisionistas” a que se refiere Raffo de la Reta. Puede el lector
consultar con provecho “Historia de la Argentina”, por Ernesto Palacio, Bs. As., 1954, lib. III, caps. III a VII; la
síntesis es magnífica, autorizada y contundente.
713 Por carta del 16 de abril, escrita a las 8 de la mañana en Mendoza, D. Juan de la Cruz Vargas informa a Dupuy
que San Martín ha salido de Chile el 13 de ese mismo mes al alba y que llegará posiblemente a Mendoza el 16 por
la noche o el 17 muy temprano. (A. H. P. S. L., c. 22, e. 13) Creía Vargas que antes de cinco días, más o menos,
San Martín estaría en San Luis. esta carta estuvo en manos de Dupuy, a más tarde, el día 18. De ahí el acuerdo
capitular del día 19 encomendando al alcalde de 1er. voto la recepción. (Ibidem, c. 19, e. 55, f. 30) El 17 de abril,
también desde Mendoza, escribía a Dupuy D. Jacinto Godoy, informándole que San Martín había salido de Santa
Rosa de los Andes el día 13, con destino a Buenos Aires. Y agrega, que no había podido salir con Vargas –sin
duda el día anterior- hasta Villa Vicencio a encontrarlo. (Ibidem, c. 24. e. 18) Ese mismo día 17, Luzuriaga escribe
a Dupuy refiriéndose a San Martín: “le espero yo hoy”. Y por oficio del 21 de abril le completa sus informes con
estos términos: “San Martín está en Mendoza desde hace tres días”. (Ibidem, c. 24. e. 5 y c. 23, e. 15) Hudson. D.,
ob. cit., cap. seg., 1817 a 1818, cont., parág. IX, p. 67, apunta: “El General San Martín, no pudiendo detenerse
sino tres días en Mendoza,…” Esta referencia no es exacta, ya que por Luzuriaga sabemos que San Martín entró
en Mendoza, a más tardar, el día 18 de abril y que el 21 de dicho mes permanecía en la ciudad. El cronista
mendocino anota el 11 de mayo como el día de llegada de San Martín a Buenos Aires -Ibidem-. Otero, que sigue a
Hudson, ob. cit., t. II, p. 351, fija idéntica fecha de llegada a Buenos Aires. Pero, son dos cartas de D. Juan de la
Cruz Barbas, las que señalan con exactitud la posición de San Martín en aquellos días, con respecto a San Luis,
las dos están dirigidas a Dupuy desde Mendoza. En la primera, fechada el 30 de abril, y conducida por O’Brian, le
dice: “Dichoso de ti qe. al recibo de ésta bas a abrazar al Hombre de la América, y a nuestro mejor amigo Sn.
Martín: dale otro abrazo y un beso por mi”. La segunda, es del día siguiente, y finaliza así: “Ya te habras
empapado de Sn. Martín. Así lo ha hecho tu Vargas.” (A. H. P. S. L., c. 22, e. 13) Queda, pues, documentado que
San Martín salió de Mendoza el día 30 de abril, y que en las últimas horas del 1 de mayo pudo estar en San Luis.
Para alcanzar Buenos Aires el día 11, a más tardar, San Martín debió dejar San Luis, el 3 de mayo bien temprano.
En San Luis, desde el 18 de abril, se había puesto en movimiento todo el mundo para recibir al vencedor de
Maypo. Es emocionante comprobar los pormenores de los preparativos: acicalamientos, versos, viandas y postres
lugareños, extraordinaria preocupación edilicia, música, luminarias y estruendos. Aquellos fue el desvivirse de un
pueblo sencillo que no escatimó medios y recursos en la medida de sus modestos posibles, a fin de exteriorizar su
adhesión fidelísima, más que al Hombre de América, como escribió Vargas al gobernante paternal, que por sus
virtudes castrenses, de la más pura filiación heroica hispánica, supo comprender a nuestro pueblo y hacerse
amar y respetar entrañablemente por él. (Ibidem, c. 22. e. 45. Of. del Cabildo a San Martín, del 14 de febrero de
1817) Jamás el Cabildo incurrió en impendio mayor aplicado a festejo u homenaje alguno, y nunca fue más
justificada su prodigalidad como en esta ocasión. Se gastaron 186 pesos 3 y medio reales (alrededor de 7.000
pesos m/n. de hoy -1949) para agasajar a San Martín. (Ibidem, c. 24. e. 35) Piénsese que sobre un cargo total del
ramo de propios correspondiente a 1818: 776 pesos 6 reales con tres cuartos, lo gastado alcanzaba
aproximadamente al 23% (!) D. Blas de Videla fue el encargado de atender especialmente la comitiva del
Libertador. Lo impendido aparece pagado el 6 de mayo.
714 Según Berutti, mencionado por Busaniche, J. L., ob. cit., p. 131, San Martín salió de Buenos Aires “El 4 de
julio…”. –Mitre, ob. cit., t. II, pp. 257-258, y Otero, ob. cit., t. II, p. 356, concuerda en que San Martín partió de
Buenos Aires “En los primeros días de Julio y llevando consigo a su esposa.” La fecha anotada por Berutti, a
pesar de que San Martín se ausentó de incógnito, puede aceptarse como exacta, por cuanto sabemos que el 14 de
julio el Libertador estaba detenido en el Morro a causa de una rotura que había sufrido el coche en que viajaba (A.
H. P. S. L., c. 24, e. 8. Carta de San Martín a Dupuy escrita en la posta del Morro pidiéndole urgente auxilio.) Por
rápido que se le auxiliase, San Martín no pudo estar en San Luis antes del día 15. El Cabildo había acordado el 9
de junio obsequiarlo y hospedarlo, (Ibidem, c. 19. e. 55, f. 31, v.) encomendando esta atención a los alcaldes de
1er. y 2º voto, D. Mateo Gómez y D. Lorenzo Leaniz. Su partida de San Luis debió ser el 16, a marcha lenta, hasta