SAN LUIS EN LA GESTA SANMARTINIANA.pdf

dos juzgados, en recompostura de la toma y limpieza de la acequia principal y en la
amortización de algún corto empréstito. Uno de los renglones más abultados durante
este período -1814-1819-, fue siempre aquel destinado a pagar los gastos motivados
por los agasajos que se ofrecían al Libertador. Las contadas obras públicas que se
realizaron durante esos años, se pagaron casi exclusivamente mediante donaciones y
contribuciones extraordinarias.
La Aduana y Caja Subalterna, es decir la Tesorería que recaudaba los
derechos de la jurisdicción debía a la Independencia, cuya capital era Mendoza, o
que se incorporaban a lo que desde aquellos días se consideró recursos nacionales,
durante el año 1814 tuvo un movimiento que alcanzó a 7.471 pesos 2 reales con 5
octavos de cargo, y 7.175 pesos 7 reales con cinco octavos como data. El saldo que
pasó a 1815 fue de 295 pesos 3 reales. (512) ¿Qué fuentes de recursos descubría por
lo general el cargo de aquella caja? Descubría las siguientes: noveno y medio de
hospital, deuda atrasada, alcabalas en general, nuevo impuesto, papel sellado, guías,
abasto, temporalidades, azogues, decomisos, confiscaciones, bulas, (513) tabacos,
venta y arriendo de tierras fiscales, medias annatas, contribuciones patrióticas, (514)
multas, novenos del Estado, depósitos judiciales, empréstitos voluntarios y forzosos,
embargos, propiedades del Estado de Chile, (515) donativos, octavos de remates,
venta de efectos, y diezmos. Todos estos recursos, por sobre cualquier otra finalidad,
se aplicaron a preparar la guerra o a hacerla.
Analicemos la data. ¿Cuánto se destinó en 1814 a gastos de guerra
confesados? Se destinó 4.116 pesos 6 reales, equivalente a más del 55% del total
recaudado. El resto estaba distribuido en los siguientes renglones: hacienda,
inválidos, devoluciones, etc.; todo, empero, al servicio de la sagrada causa. Hay
pormenores desconocidos por los cronistas, cuyas consecuencias en su aspecto
negativo han imputado a la “incuria” y al “oscurantismo” de una época, de un sistema
o de un régimen, que ellos han objetivado como tiranía absolutista. No hay tal. Se
trata de pura ceguera extemporánea.
¿Cuánto tiempo, por ejemplo, el noveno y medio destinado para fundar y
mantener un hospital en San Luis, se entregó a la Caja Subalterna para engrosar
luego la misma partida en Mendoza? ¿Cuánto tiempo, los recursos arbitrados para
sostener la escuela de primeras letras de la capital puntana, se emplearon en hacer la
guerra? ¿Estudiaron todo esto, y mucho más que no es oportuno mencionar ahora,
quienes con supina ignorancia han escrito sobre nuestra realidad histórica, social y
cultural?
No hemos encontrado el expediente referente al remate de diezmos
correspondiente al año decimal 1814-1815, (516) pero no tenemos la menor duda de
que la mayor parte de dicha contribución fue incorporada al presupuesto de guerra.
Nos fundamos, al hacer tal afirmación, en otros documentos fragmentarios
512 A. H. P. S. L., c. 18, e. 20.
513 Las bulas eran de la Cruzada y de Indulto Cuadragesimal.
514 Cabildo cumplió en la medida de sus atribuciones, con patriotismo ejemplar, todo lo referente a las prorratas. Y
el pueblo El “consintió” las mismas con una dignidad sin parangón. En algún caso hasta protestó porque se había
pensado en la necesidad previa de AMENAZAR para obtener una contribución que siempre entubó pronto a
satisfacer sin medida. Por eso se nos ocurre falso el juicio de Mitre al respecto; ob. cit., t. I, p. 442.
515 Había una junta encargada de recibir las declaraciones juradas referentes a dichos bienes, y de administrarlos.
Se trataba de bienes muebles e inmuebles pertenecientes a realistas chilenos o a peninsulares radicados en Chile.
A. H. P. S. L., c. 21, exps. 5 y 12.
516 Generalmente el año decimal corría desde el 1º de septiembre. Los pregones se daban desde el 25 de julio hasta
el 24 de agosto. Y el remate era costumbre realizarlo el 25 de agosto.