SAN LUIS EN LA GESTA SANMARTINIANA.pdf

SAN LUIS CIUDAD CABILDO EN 1814
CAPITULO III
¿Cómo escapar a nuestro tiempo y cómo convertirnos en contemporáneos de
esa realidad material que fue San Luis Ciudad Cabildo en 1814? (105) ¿Cómo evocar,
al decir de Sarmiento, el “esqueleto” de la aldea que fue? (106) ¿Cómo ofrecer una
imagen de la capital puntana de entonces, sin que el cuadro resulte “arquetípico” y
por ende falso? (107) No de otro modo que eludiendo toda expresión que implique
ironía o jactancia; vale decir, dejando de mano esas dos vías que conducen
comúnmente al error. La primera, cuando presume sutileza; la segunda, cuando
afirma o niega.
Para nuestro propósito, tener una idea acertada, por su máxima aproximación
a la realidad edilicia, de nuestra ciudad en 1814, no es de poca monta. Significa, por
sobre todo, proclamar bien alto “la fidelidad al genio del lugar en que se ha nacido”.
(108) Más aún, es tanto como probar de otra manera, mediante otro recurso
incontrastable, la grandeza sin hipérbole de la contribución del pueblo puntano en la
gesta sanmartiniana.
¿Cómo así? Ya lo veremos.
Se ha dicho que para los griegos la verdad histórica no consistía tanto en su
exactitud como en su poesía, y, sin duda, que quienes tal afirman, prueban el aserto
de Tucídides y de Homero. En nuestro caso, si nos propusiéramos ofrecer al lector
poesía como expresión de verdad, poesía de la cual debiera dar cuenta nuestra pobre
imaginación creadora, es seguro que la verdad anhelada no sería alcanzada por
nosotros. No, nuestro propósito es más sencillo, es más acorde con la humildad que
debe guiar nuestros pasos recorriendo una ruta modesta pero auténtica.
Por eso, cuando validos de las fuentes que estuvieron a nuestro alcance,
demos los trazos principales del contorno objetivo que pretendemos presentar al
lector, ha de emanar de su vetusta materialidad deleznable y pobre, sin artificio, como
perfume de alhucema, la verdad de un heroísmo que una vez más da un mentís
rotundo al materialismo histórico.
Leídos los cronistas e historiadores que se refieren a la San Luis histórica,
desde los tiempos de D. Luis de Jofré hasta los de San Martín, (109) debemos subrayar
dos calificativos infaltables, e inseparables de su realidad urbana, y que sin duda
trasuntan en su casi uniforme repetición conceptual no poco de la verdad más
ajustada. Ellos son: “pobre” y “miserable”.
La sensibilidad de aquellas retinas revela eso: un caserío miserable, una pobre
aldea. Más que un lugar común en la narración de los viajeros, es un clisé deprimente
105
Boisssier, Gastón, “Paseos Arqueológicos. Roma y Pompeya.” ; Bs. As., 1946, trad.. de E. de Gorbea, P. 20.
106
“Civilización y Barbarie”, Bs. As.; 1889, p.61.
107
Tovar, Antonio, “Vida de Sócrates”, Madrid, 1947, p. 112.
108
Ibidem, p. 17.
109
Draghi Lucero, Juan, “Cancionero popular cuyano”, Mendoza,1938,”crónicas de cuyo”,p.447.-Saldaña
Retamar ,o p., Fr.R.,”El obispo de Augustópoli…”, Bs.As.,1937,p.188.Damián “Recuerdos históricos sobre la
provincia de cuyo”,Mendoza,1931,ed .de “Rev.mendocinas de ciencias”,p 26,dice refiriéndose a San
Luis:”Provincia pobre sin elementos,”.