SAN LUIS EN LA GESTA SANMARTINIANA.pdf
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un solo desertor. La disciplina se mantiene en su campo en todo su rigor, y su<br />
comandante me asegura que tiene la mayor confianza en él”. (775)<br />
Precisemos el suceso. Simultáneamente se producen los amotinamientos de<br />
San Juan y de Arequito. Alvarado, temeroso, llama a los granaderos, al mismo tiempo<br />
que pone especial atención en los Cazadores a Caballo a los que cree contagiados,<br />
en su campamento de Luján de Mendoza.<br />
Y los bisoños granaderos parten y marchan como veteranos, provocando el<br />
asombro de sus jefes. Son coincidentes en alto grado los juicios de Alvarado, Ramallo<br />
y Olazábal.<br />
Es la típica lealtad y disciplina puntanas que se revelan una vez más en el<br />
decurso de nuestra Historia. ¿Cómo fue aquella despedida que diríase para siempre?<br />
¡Quién pudiera pintarla como ella merece!<br />
El 24 de enero, informado de todo lo ocurrido por Dupuy, el Ayuntamiento de<br />
San Luis celebró Cabildo Abierto con asistencia de 132 vecinos, actuando los<br />
sacerdotes entre los primeros. El Tte. de Gobernador presentó su renuncia. ¿Qué<br />
resolvió entonces el Pueblo Puntano por intermedio de su más granada<br />
representación? En conocimiento de “las condiciones porque pasa el país”, reconoce<br />
como Gobernador Intendente al Cabildo de Mendoza, al mismo tiempo que rechaza la<br />
dimensión de Dupuy. Y cuando éste insiste en resignar el mando, el pueblo nombra<br />
una comisión que le visita en su domicilio, la cual consigue que el Teniente de<br />
Gobernador retire su renuncia.<br />
(776) Consiguientemente, los mismos actores:<br />
autoridades y pueblo, el 8 de febrero, con modesta solemnidad, celebraron el primer<br />
aniversario de la victoria obtenida sobre los conjurados realistas. (777)<br />
Depuesto Dupuy el 15 de febrero, el Cabildo Abierto de ese mismo día eligió<br />
Alcalde de 1er. voto a D. Tomás Baras, patriota que por diversos motivos figuraba<br />
entre los dirigentes de la tendencia local desafecta al Tte. de Gobernador. Sin<br />
embargo, Dupuy permaneció respetado en su domicilio hasta el día 19. (778)<br />
San Luis fue el último frente sanmartiniano que cayó. Hay que recalcarlo y<br />
reconsiderarlo para destacar la singularidad de este hecho. Constreñidos por el tema<br />
de nuestros apuntes al referirnos solamente al aspecto militar ligado a este<br />
acontecimiento, nos vemos impedidos de ahondarlo desde el punto de vista político y<br />
social. Pero no podemos menos que afirmar que, ni las personas que circunstancial y<br />
accidentalmente, parecen definir un hecho ni las palabras de conveniencia que los<br />
documentos referidos al mismo revelan, en nuestro caso, pueden explicarse con ese<br />
criterio de generalización que se descubre en cronistas como Hudson o en<br />
historiadores eminentes como Mitre y Otero. (779)<br />
¿Por qué cae Dupuy? ¿Quiénes lo deponen? Esto es lo que hay que estudiar<br />
alguna vez como no se ha hecho hasta hoy. Y entonces se comprenderá esa realidad<br />
paradojal que fue el Cabildo Gobernador de febrero de 1820, cuyo cuerpo,<br />
manifiestamente dupuísta, sustentó, aunque por breve tiempo, una cabeza<br />
ostensiblemente federal rabiosa.<br />
775 Hudson, D., ob. cit., cap. seg., cont., p. 116, 2da. Col.<br />
776 A. H. P. S. L., c. 19, e. 55, f. 67.<br />
777 Ibidem; correspondería a f. 73.<br />
778 La Representación de la oficialidad de las milicias locales, entregada al Cabildo Gobernador ese día, dice<br />
textualmente: “consultando la tranquilidad pública y teniendo en consideración las razones que movieron a este<br />
pueblo para deponer al ex – Tte. Gob. D. Vicente Dupuy… conviene a la mayor brevedad salga de este pueblo el<br />
expresado Dupuy.”. Ibidem, c. 26, e. 45. Presentación del 19 de febrero de 1820.<br />
779 Hudson, D., ob. cit., pp. 123-124. –Otero, ob. cit., t. II, cap. XXII, pp. 635-636 y 659. –Mitre, ob. cit., t. II, cap.<br />
XXIV, parág. III, p. 450. –Es interesante conocer la distinción que V. F. López, hace entre el motín de San Juan y<br />
el de Arequito… -“Hist. de la Rep. Arg.”, t. VIII, cap. I, p. 64.