SAN LUIS EN LA GESTA SANMARTINIANA.pdf
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venía con los granaderos. (750) Por Olazábal sabemos que Necochea quedó en<br />
Mendoza comandando su regimiento de Cazadores a Caballo.<br />
No hemos podido determinar el día de la primera quincena de septiembre que<br />
San Martín llegó a San Luis; pero, es él mismo quien nos informa que se encontraba<br />
allí cuando llegaron los granaderos. Y por su carta a D. Tomás Guido, escrita el 21<br />
de septiembre en San Luis, sabemos que no pudo proseguir su viaje a Buenos Aires<br />
“en razón de lo postrado” que llegó. (751)<br />
Destaquemos ahora cómo se expresa Olazábal en sus “Memorias” con<br />
respecto a la actitud del pueblo puntano en esa ocasión.<br />
“Nada es bastante a demostrar -dice- el entusiasmo de aquella renombrada<br />
provincia que tantos y tan valientes dio de sus hijos en la guerra de la<br />
Independencia.” Y agrega, que “más de 300 voluntarios y 100 destinados” se<br />
incorporaron al regimiento que acababa de llegar. (752) Y el Gral. Rudecindo Alvarado,<br />
en sus “Memorias”, considera mágico el efecto de la proclama que San Martín dirigió<br />
a los puntanos, “porque fue tal el concurso de voluntarios, que subió la fuerza de<br />
granaderos a más de 800 hombres”. (753)<br />
Establecido con posterioridad el campamento a dos leguas de la población,<br />
hacia el N. E., en el hermoso valle de Las Chacras, comenzó la instrucción, la<br />
remonta y la preparación afiebrada de nuevos equipos. (754)<br />
Pero de esto nos ocuparemos más adelante, en un trabajo dedicado<br />
especialmente a recordar el histórico campamento.<br />
Tomemos ahora el hilo de las múltiples preocupaciones del Capitán de los<br />
Andes. Enfermo en San Luis, quizá desde el 14 ó 15 de septiembre, y asistido muy<br />
posiblemente por el cirujano realista D. José María Gómez, que estaba confinado en<br />
la capital puntana desde fines de marzo de 1818, medita sin duda sobre los<br />
pormenores de la expedición libertadora al Perú. Y piensa, atribulado, mediar a fin de<br />
que cese la guerra fratricida que por aquellos días azuela el litoral con estragos de<br />
violencia sangrienta. Es entonces cuando, su alma dolorida por la reflexión ahondada<br />
de tanto desastre, se consuela considerando “la energía que han desplegado los<br />
pueblos” de Cuyo; “especialmente San Luis”. (755) Hospedado probablemente en la<br />
morada de Dupuy, que lo era la casa de D. Tomás Luis Osorio, (756) escribe a<br />
O’Higgins el 3 de octubre anunciándole que está muy restablecido en su larga y<br />
penosa enfermedad y que al día siguiente se pone en marcha para Buenos Aires. (757)<br />
750 “Hist. de la…”, t. I, cap. IX, parág. I., p. 233. –López, V. F., asegura que los Granaderos a Caballo estaban en<br />
San Luis “al mando del coronel M. Necochea”, -“Hist. de la Rep…”, t. VII. Cap. XII, pp. 430-432. Posiblemente<br />
Gez tomó de López el dato equivocado.<br />
751 Grenón. P., ob. cit., p. 93. –Otero, ob. cit., t. II, cap. XX, p. 590, dice que San Martín llegó a San Luis “en la<br />
segunda quincena de septiembre”. –Olazábal, ob. cit., p. 93, afirma que los granaderos “encontraron al Gral. San<br />
Martín en San Luis”, y como San Martín, en carta al Director supremo anota el 16 de septiembre como fecha de<br />
llegada de los granaderos a San Luis, se deduce que el Libertador estaba en San Luis, por lo menos, desde el 15 de<br />
dicho mes.<br />
752 Ibidem. –Cfr. el Informe de Olazábal al Dr. A. J. Carranza, fechado en Bs. Aires, el 12 de febrero de 1870 en<br />
“Apoteosis…”, t. I, pp. 233-234.<br />
753 “Apoteosis…”, t. I, p. 461.<br />
754 Gez, J. W., “Hist. de la…”, t. I, cap. IX, parág. I, pp. 233-234. –Anschutz, C., o. cit., t. II, p. 218.<br />
755 Otero, ob. cit., t. II, cap. XX, p. 591.<br />
756 Hacia el costado Sur de la Catedral, sobre la calle Pringles, se conserva un árbol que en San Luis se designa “el<br />
quebracho de San Martín”, desde luego, sin ningún antecedente que le dé el carácter histórico que se pretende. Al<br />
efecto, y relacionada con lo que fue morada de Dupuy, puede leerse una carta de D. Felipe Velázquez a D.<br />
Enrique Udaondo –“La Opinión”, San Luis, 24 de agosto de 1913 –Cfr. “El quebracho de San Martín”, en “La<br />
tradición…”, de Gez, 3ra. ed., p. 196.<br />
757 Otero, ob. cit., t. II, cap. XX, p. 591.