SAN LUIS EN LA GESTA SANMARTINIANA.pdf

GLORIOSO EXEMPLO QUE ESTIMULE TODA CLASE DE VIRTUD A ESOS
HABITANTES…” (811)
Y en oficio del 27 de agosto de 1819, elevando al Ministerio de Guerra el
“Estado de alistamiento general” en San Luis, el capitán de los Andes dice:
“El adjunto estado que tengo el honor de incluir á Vuestra Señoría manifiesta
bien claramente LOS SUBLIMES TESTIMONIOS DE LA HEROICA CIUDAD DE SAN
LUIS. NO SERAN SUBYUGADOS PUEBLOS CAPACES DE HACER TALES
SACRIFICIOS. Estoy seguro de la satisfacción que tendrá el Supremo Director del
Estado cuando V. S. eleve á su conocimiento EL HEROICO PATRIOTISMO DE LA
CIUDAD DE SAN LUIS”. (812)
Florones de la corona, serán, sin duda, las hazañas de Pringles y Pedernera.
Ambos, personificaciones egregias de esa LEALTAD y de esa GENEROSIDAD que
Luzuriaga reconoció como LAS VIRTUDES DISTINTIVAS DE NUESTRO PUEBLO.
Y agregamos nosotros, amén del VALOR CIDIANO que, para pasmo de los
siglos, pasearon, como pocos, por medio continente, con una hidalguía tan castellana
y una modestia tan puntana, que sólo puede resumir, como se resume en el más
fraternal abrazo de todos los pueblos de la raza, la más empinada expresión heroica
de los caballeros de la hispanidad, que en ambos fue íntima modalidad y lustre
insigne. (813)
CONCLUSION
Dos palabras para rematar estos apuntes. Como en el decurso de los mismos
hemos debido referirnos en forma reiterada a la prístina investigación de nuestro
comprovinciano Juan W. Gez, queremos explicarnos para que la mediocridad,
siempre alerta, nos entienda.
Gez, para nosotros, no fue un historiador. Demasiado múltiple la tarea que
cargo sobre sus recias espaldas, ésta no le permitió, en su diversidad, pasar de la
categoría de cronista fervoroso, ya que encendió su ahincado empeño la más
autentica llama de amor al terruño.
Su vida fue expresión de nobilísima conducta y puros afanes; pero, su obra
adoleció de esa dispersión y de esa apresurada improvisación que, apenas si le
permitieron dejarnos, en el terreno de la heurística, una primicia deficiente.
Gez cronista no ha sido estudiado. Se le ha repetido y se le sigue repitiendo
sin autoridad especializada. Pertenece a Fr. Reginaldo de la Cruz Saldaña Retamar,
O. P., la iniciativa de valorar lo investigado por Gez, y de completar, mediante
adecuadas rectificaciones, el esfuerzo de nuestro comprovinciano.
El merito de Gez, más que nada, radica en su posición inicial. El abrió el surco.
Trabajo, se puede decir, sin pauta. Y sólo su ideal entusiasmo pudo sobreponerlo al
811 Gez, J. W., “Historia…”, t. I, cap. VI, parág. 2, p. 150.
812 López, V. F., “Historia…”, t. VIII, cap. prim., p. 26.
813 El 10 de octubre de 1949, en ocasión de celebrarse en Madrid el Primer Congreso Hispanoamericano de
Historia, don Alberto Martín Artajo ha expresado con sobrado acierto, aludiendo a la comunidad familiar que une
actualmente a los pueblos hispánicos de América, lo siguiente: “Hoy es sonada nuestra hora, porque si hay una
familia de pueblos con una comunidad como la nuestra, un haber tan cargado de HAZAÑAS COMUNES y un
PORVENIR tan lleno de posibilidades, que se levante”. “Índice Cultural Español”, Madrid, 1º nov. 1949, Nº 46,
p.40.