SAN LUIS EN LA GESTA SANMARTINIANA.pdf

deslumbrante luz del genio sanmartiniano, completando sus cuadros de disciplina
paradigmática, es indispensable, primero, seguir las huellas de ese “hombre de las
fronteras”, de ese “hombre del peligro y de la lucha de vanguardia” (286) que fue el
puntano desde 1594 hasta el día mismo en que, sin ruptura, comienza la realidad
nacional independiente.
Y no sólo para comprender al combatiente, es decir lo que técnicamente fue el
soldado de aquella gesta sin par, sino para hacer justicia al Pueblo Puntano todo, en
sus mujeres y niños, en sus hombres de consejo y en sus frailes, en sus mocetones
serranos y en los esclavos de sus haciendas; expresiones todas de simple y pura
heroicidad.
Y hay más, para entender cómo las virtudes de ese pueblo, morales y de
artesanía, cumpliéndose aquella ley universal de la Historia aludida por Donoso
Cortés, aparecen de “una manera más perfecta” en esas expresiones personales que
fueron Pringles y Pedernera. (287)
Está ya comprobado, sin ningún género de duda, por meritísimos
investigadores, que la columna conquistadora y pacificadora de la jurisdicción
puntana partió de Santiago de Chile, engrosándose con reiterados aportes humanos
de Mendoza y de San Juan. Fueron figuras señeras D. Juan Jufré, su hijo don Luis, y
con éste, los cofundadores de San Luis de Loyola Nueva Medina de Río Seco. (288)
Repartidos los solares y suertes de estancias –mercedes-, encomendados y
evangelizados los comechingones, y reconocida la jurisdicción, -escenario histórico
que no se extendió más allá del paralelo 34- comenzó el secular proceso de
asimilación de la población autóctona.
No obstante, en nuestro caso, el hecho de estar los naturales encomendados
con anterioridad a vecinos de Chile -1562- (289) motivó su trasplante; lo cual, unido al
286 Menéndez Pidal, R., “La España del Cid”, Bs. As., 1943, p. 75. –Puede consultarse “La guerra con el indio en
la jurisdicción de San Luis”, p. R. A. Pastor, Bs. As., 1942. –En nuestro trabajo “San Luis Ciudad-Cabildo, 1954-
1800” (Apuntes), presentado al 2º Cong. Federalista de la Hist. Arg., realizado en Bs. As. –abril de 1948- por el
Inst. de Inv. Hist. “Juan M. de Rosas”, hemos abordado esta cuestión en el cap. titulado “Defensa de la
fundación”, y que cerramos con estas palabras: “Pero la beligerancia había hecho escuelas de héroes, y de esa
escuela, que no fue improvisación sino consecuencia meritísima de una secular milicia, salieron los Granaderos a
Caballo del Ejército de los Andes”.
287 Obs. comp., t. 2, p. 538.
288 Saá, V., “San Luis Ciudad-Cabildo…”. En el cap. “El Cabildo puntano. Su constitución”, mencionamos
algunos de los acompañantes de don Luis Jofré en el momento de la fundación. Encomenderos la mayoría.
Troncos que fueron de varias de nuestras familias más antiguas. He aquí la nómina: Gral. Gabriel Rodríguez de
León, Cap. D. García de Reinoso, Alonso de Villegas, Juan Fernández Perín, Hernán Cecilio, Alonso de Gelves,
Juan de Barreda Estrada, Pedro López de Noboa, Andrés Fuenzalida Guzmán, Francisco Muñoz de Aldana, Juan
Luis de Guevara, Francisco Muñoz “el viejo”, Gerónimo Díaz, Bartolomé Díaz, Rodrigo Juárez de Amaya,
Gerónimo Ulloa y Diego Céspedes.
289 Cf. “La conquista de Cuyo”, caps. reproducidos de la “Hist. de Chile”, p. Mons. Crescente Errázuris, en “Rev.
de la Junta de Est. Históricos de Mendoza”, Mendoza, 1935, t. 1, nº 2 a 4, p. 252. –“Los primeros descubridores
de Cuyo”, p. Alfredo Gargaro, en “Bol. del Inst. de Inv. Históricas” (FAC. de Fil. y Let.) Bs. As., jul. 1936 a jun.
1937, nº 69-72, p. 88. En la p. 67 aparece un croquis de Cuyo en el cual se puede seguir los itinerarios de Villagra
y de don Juan Jufré, aún cuando el de este último debe hacerse llegar hasta el valle de Conlara –unas 20 leguas
hacia el N. E. de la ciudad de S. Luis-, y no solamente hasta el extremo Sur de la Sierra Central de S. Luis, como
aparece en el croquis. – J. Draghi Lucero en la “Introducción” a las “Actas capitulares de Mendoza”, Bs. As.,
1945, t. 1, p. XCIII, dice refiriéndose a “La fundación de S. Luis”: “El territorio de esta provincia fue cruzado
primeramente por Villagra en 1551, y explorado por Juan Jufré en 1562, aunque es posible que entre estas fechas
otros incursores lo hayan recorrido”. Llama la atención la seguridad de Draghi Lucero con respecto a Villagra,
máxime cuando conoce el trabajo de Gargaro. Y sobre todo, cuando respecto al itinerario de Villagra en la p. XL
de la “Introducción” citada, presume, y en adelante sigue con su “es posible”. –Gez, “Historia…”, t. 1, pp. 18 a
20, hace recorrer un fantástico itinerario a Francisco de Villagra (“Villagrán”) atribuyéndole “una feroz matanza