SAN LUIS EN LA GESTA SANMARTINIANA.pdf

medio sin estímulos y a la misma falta de perspectiva para realizar sus
interpretaciones de nuestro pasado provincial.
La historiografía nacional lo menciona en el montón, agrupado por afinidad de
deficiencias hijas de una misma escuela. Es evidente que no se puede afirmar que la
“critica” se ha hecho cargo de su empeño. Si tuviéramos que destacar un punto débil
en su tarea, de inmediato señalaríamos el hecho de que no supo dominar el material
que utilizó. ¿No supo o no tuvo tiempo? Quizá más esto último.
No obstante, sea lo que fuere, nosotros reconocemos su intención patriótica, y
el fermento promisor que fue y sigue siendo su obra. Hay, pues, que estudiarlo con
amor y completarlo.
Finalmente, queremos dejar bien asentado, y como eco supremo de este
modesto esfuerzo, que el reconocimiento de las generaciones del presente debe
levantar cuanto antes el monumento condigno que el Pueblo Puntano de la
Independencia tiene muy merecido. Y ese monumento no ha de ser la simple
expresión justiciera del pueblo puntano de hoy para con el glorioso de ayer.
Su basamento, labrado con materiales nobles del terruño, debe trasuntar, en
su severa amplitud artística, en toda la esplendida magnificencia de su simbólica y
suntuosa creación, con vigor, verdad y belleza, EL AGRADECIMIENTO NACIONAL
que el PUEBLO ARGENTINO esta obligado a testimoniar al de San Luis, que supo,
en la incierta hora inicial de nuestra Independencia, SACRIFICARSE en forma
insuperable y en concurrencia heroica, para conquistar la SOBERANIA de que
actualmente goza la nación.
Sobran razones para demostrar por qué dicho monumento debe emplazarse
en el hermoso valle de Las Chacras. Y oportunidad preclara para colocar su piedra
fundamental es el AÑO DEL LIBERTADOR GRAL. SAN MARTIN. (814)
El tema del mismo, evidentemente, es complejo.
Dentro de la concepción general del monumento, deben ser elementos
sobresalientes de la temática, entre otros, los siguientes: la patricia y el cabildante
puntanos, el sacerdote y el estanciero insurgentes, el esclavo artesano, la tejedora
hacendosa, el peón arriero o carretero, el postillón infatigable, el miliciano rural y el
granadero.
El medio natural que ha de estar con las más expresivas de sus figuras
parlantes: el caballo serrano -cuartago maravilloso de vaso duro-, el novillo
guampudo, la mula carguera de gran alzada, la cabra fecunda y sufrida.
Todo ello en disposición y gradación libre, sobre un plano rupestre que
destaque la figura central con que el artista expresará en forma plástica su
interpretación del heroísmo puntano.
En suma, EL PUEBLO EN ARMAS DISPUESTO AL SACRIFICO, ERGUIDO
CON DECISION SUBLIME SOBRE LA REALIDAD TELURICA QUE FUE SU
ESCUELA.
Se trata de esculpir el SACRIFICIO SUPREMO DE UN PUEBLO, sin
aditamentos hiperbólicos o extemporáneos, que no se necesitan para expresar la
autenticidad histórica de su inmolación; pero sí, con inspiración HISPANICA.
814 Y es San Martín mismo, en la tan conocida y difundida copia de bronce, cuya imponente marcialidad anonada
el ámbito modesto de nuestra plaza mayor- HOY “Independencia” o de “San Martín”- donde se levanta, quien
señala con el índice el lugar donde debe erigirse el MONUMENTO AL PUEBLO PUNTANO DE LA
INDEPENCIA; sitio que, hoy no pasa de explanada solitaria arrullada por recuerdos heroicos, y, que esconde,
más que muestra, la descuidada expresión de un pobrísimo homenaje foráneo al Libertador.