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SAN LUIS EN LA GESTA SANMARTINIANA.pdf

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“D. Vicente Dupuy, Teniente Gobernador de San Luis y Sargento Mayor<br />

Graduado propone al Excmo. Supmo. Director Suplente del Estado, para los<br />

despachos de oficiales de milicias, por premio de sus recomendables servicios en la<br />

clase que se demuestran, a los individuos siguientes:<br />

Para Sargentos Mayores: D. Justo Gatica. –D. Francisco Paula Lucero. Fueron<br />

capitanes en las milicias antiguas y el primero es, actualmente, Alcalde ordinario de<br />

1 er. voto y ambos dignos de toda consideración por sus servicios.<br />

Para Capitanes: D. José Santos Ortiz. –D. Nicanor Becerra. –D. Agustín<br />

Palma. –D. Juan Palma. –D. Manuel Herrera. –D. Marcelino Poblet. –D. Jerónimo<br />

Quiroga. –D. Francisco Vicente Lucero. –D. Juan José Vilches. –D. Fernando Lucero.<br />

(Estos individuos están continuamente contribuyendo con sus bienes, a las<br />

circunstancias de esta Provincia).”<br />

“Para Tenientes: D. Francisco Gatica. –D. Jerónimo Fernández. –D. Gregorio<br />

Blanco. –D. Manuel Herrera. –D. Tomás Gatica. –D. Miguel Adaro. –D. Maximino<br />

Gatica. –D. Manuel Panelo. (Tienen las mismas consideraciones que los anteriores).<br />

Vicente Dupuy. San Luis, Septiembre 8 de 1815”. (666)<br />

Al mismo tiempo, a mediados de agosto, se había enviado a Mendoza el<br />

primer contingente de 100 reclutas pedido por San Martín el 22 de julio. (667) De esta<br />

suerte, cuando, puesta la jurisdicción puntana entre las solicitudes imperativas del<br />

Gobernador Intendente y las aflicciones del Director Supremo, que ante la amenaza<br />

de una invasión al Río de la Palta, requirió a Dupuy la urgente remisión de reclutas,<br />

éste pudo responderle que “le sería casi imposible enviarle nuevos contingentes,<br />

pues, desde principios de la revolución y según documentos que existían, se<br />

habían remitido más de tres mil hombres de San Luis y de cuyas resultas, la<br />

mayor parte de los que habrían quedado eran propietarios y obligados a<br />

sostener crecidas familias. Además, existía el peligro de que, de un momento a<br />

otro, podría invadir el enemigo por el lado de Chile, lo que había hecho apurar los<br />

recursos del momento con la remisión de 200 hombres para el ejército de los<br />

Andes y otros que se estaban reuniendo. Esto no obstante, hacía presente<br />

sentirse resuelto, el pueblo puntano, a nuevos sacrificios, si así lo exigiese la<br />

salvación de la patria.” (668)<br />

Es indudable que la contestación de Dupuy refleja la firme resolución de San<br />

Martín concretada en su plan de operaciones. Cuyo se debía, por sobre todo, a la<br />

organización del Ejército de los Andes. San Luis, la “llave de Cuyo”, tenía una<br />

compleja misión que cumplir. Como rica fuente de recursos, debía abastecer de<br />

hombres, materiales y alimentos, al ejército naciente. Como extremo oriental de la<br />

Intendencia en afiebrada creación guerrera, debía coronar el delicado objetivo de<br />

preservar la región de los efectos disolventes de la anarquía. Como centro de las<br />

Provincias unidas y extensa línea de frontera con los ranqueles, estaba en el trance<br />

de vigilar un calificado núcleo de confinados y prisioneros realistas, además de<br />

montar una guardia alerta que impidiese las evasiones hacia tierra adentro y<br />

previniese los siempre posibles malones.<br />

Sin embargo, oportunamente, San Luis estuvo pronta a volcarse en defensa de<br />

Buenos Aires amenazada, respondiendo a la solicitud de Alvarez Thomas, de fecha<br />

27de septiembre, en que requería “el mayor número de carretas” y “arrias de mulas<br />

aparejadas y mulas de tiro” de la jurisdicción, con el objeto de “poner el País en<br />

666 Gez, “Historia…”, t. I, cap. VI, parág. 5, pp. 165-166.<br />

667 A. H. P. S. L., c. 18, e. 39.<br />

668 Gez, “Historia…”, t. I, p. 166.

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