SAN LUIS EN LA GESTA SANMARTINIANA.pdf
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y Olguín, D. Marcos Robere, D. Andrés Alfonso, D. Manuel A. Salazar, y D. José S.<br />
Ortiz. En el de 1818: D. Matheo Gómez, D. Lorenzo Leanis, D. José A. Becerra, D.<br />
Juan Adaro, D. José Gregorio Calderón, D. Andrés Miranda, D. Lucas Fernández, y<br />
D. Victorino Guiñazú. Y en el de 1819: D. José Justo Gatica, D. José Domingo Arias,<br />
D. Esteban Adaro, D. José Marcos Guiñazú, D. José Cecilio Lucero, D. Anselmo<br />
Basconcelos y D. José Gregorio Ximénez, quienes por el prestigio de que gozaban en<br />
la capital puntana y en diferentes partidos de la jurisdicción, a más de la<br />
extraordinaria obra en que colaboraron sosteniendo y estimulando en todo momento<br />
la gestión de Dupuy, merecen un recuerdo singular.<br />
Ahora bien, en julio de 1818, de acuerdo a lo que se establecía en el Estatuto<br />
Provisorio, debía realizarse nueva designación de Tte. de Gobernador. He aquí la<br />
lista de candidatos que elevó el Cabildo para su consideración por el Director<br />
Supremo: 1º, D. Vicente Dupuy; 2º, D. Matheo Gómez; 3º, D. José Justo Gatica; 4º,<br />
D. Manuel Corvalán; 5º, D. José Narciso Domínguez; 6º, D. Tomás Luis Osorio; 7º, D.<br />
José María Caveros, y 8º, D. José Santos Ortiz. La elección de estos candidatos fue<br />
canónica. Tales los colaboradores de Dupuy en el gobierno comunal, y tales, también,<br />
en su mayoría, los gobernantes de la jurisdicción puntana desde 1820 hasta 1840.<br />
Pero el hecho de la colaboración no significa en modo alguno negar<br />
importancia a dos peligros. Primero, el que implicó hasta 1819 el partido realista, más<br />
poderoso en Córdoba; y, segundo, el aumento gradual de la agresividad de los<br />
núcleos localistas. Unase a estas oposiciones el peligro que entrañaron en todo<br />
momento los confinados y prisioneros, a más del riesgo siempre inminente, de las<br />
hordas ranquelinas, aliadas solapadas de aquéllos, y se tendrá una noción<br />
aproximada de las contingencias dramáticas que debió afrontar a cada instante<br />
Dupuy.<br />
Por ahí estaban los alcaldes de la Frontera de San Lorenzo: D. Juan Polonio<br />
Pérez y D. Pedro José Gutiérrez, y el de San José del Bebedero, D. Blas de Videla,<br />
para escarmentar a los indios haciéndoles entrar en razón. ¿Y para vigilar a los<br />
“godos” de adentro y de afuera? Todos, imbuidos de aquel ánimo quisquilloso,<br />
aldeano si se quiere, con que algunas veces, con evidente injusticia, se motejaban<br />
unos a otros de apañar “maturrangos”.<br />
Había que elegir a Pueyrredón diputado por San Luis. Era el hombre ya<br />
señalado por San Martín. En ese momento, desde Mendoza se atizaba fuerte.<br />
Cuando comenzaron a llegar los representantes de cada partido del término<br />
jurisdiccional puntano, D. Tomás Luis Osorio y D. Juan José de Vílchez, fueron<br />
apalabrándolos. Y así surgieron aquellos electores: Fr. Benito Lucio Lucero O. P., D.<br />
Tomás Luis Osorio y D. José Cipriano Pueyrredón, que votaron y proclamaron a D.<br />
Juan Martín diputado por San Luis al Congreso de Tucumán. Después, en la<br />
encrucijada de los enredos, la dialéctica de Fr. Benito remachó el triunfo de la<br />
“literatura” contra las “buenas intenciones”, como entonces se dijo; de la civilización<br />
contra la barbarie, como dirá más tarde de Sarmiento empleando una fórmula que,<br />
carente de justicia y de verdad, con el rodar del tiempo sería lugar común en la pluma<br />
de ingenuos o aviesos repetidores de fábulas. Y esos mismos electores aseguraron la<br />
continuación de Dupuy como Tte. de Gobernador.<br />
De los implicados en el sonado proceso por sedición de junio de 1815,<br />
hombres como D. Juan Escalante, D. Rafael de la Peña y D. Luis de Videla;<br />
secretario de hacienda y administrador de la aduana subalterna el primero,<br />
administrador de correos el segundo, y prestigioso ciudadano el último, fueron desde<br />
1816 colaboradores de toda la confianza de Dupuy. Cuando Escalante fue trasladado