SAN LUIS EN LA GESTA SANMARTINIANA.pdf

a golpear la portería del convento, mientras el resto de vecinos, como haciendo un
esfuerzo, toman todos los rumbos rumiando cálculos y adobando chismes. En el
espacio desierto de la plaza sólo queda la indiferencia de un mozalbete que hace
jugar una “trompa” entre sus gruesos labios.
Asistamos ahora a los preparativos de un sarao de la época. Permanezcamos
en la esquina de don Juan de Videla y veamos pasar. Corre el 27 de mayo de 1819.
Se trata de celebrar condignamente la jura de la constitución de ese año, solemnidad
cumplida dos días antes. (479) La fiesta se realizará en el Cabildo, por esos días en
trance de reparación como la cárcel. (480) Al efecto, se ha dispuesto arreglar la Sala
Capitular, el corredor, el patio y el traspatio.
Muy temprano hay afluencia de regidores y de sirvientes en los portales del
Ayuntamiento. En la Sala de Acuerdo, el alcalde don José Justo Gatica y el
escribiente don Manuel de la Presilla, (481) en compañía del alguacil mayor don
Esteban Adaro, sentados en espacioso escaño frente a una amplia mesa cubierta con
una carpeta de saraza fina, (482) determinan las últimas disposiciones referentes al
sarao encomendado a don Luis de Videla.
El cabo veterano Antonio Nolasco, de guardia en la puerta de la cárcel, esta
vez parece empeñado en lustrar del mejor modo posible su archiusado sable, en
tanto que su colega Juan de Castro, (483) prepara empeñosamente las luminarias que
esa noche lucirán el Cabildo y la cárcel. Hombres y mujeres del pueblo, servidores
libres y esclavos, van llegando con los menesteres indispensables para el arreglo que
comienza. Los acarreadores de palos y trastes. Los palos se plantarán en lugares
aparentes del patio y servirán para atar los faroles con fuertes hilos de acarreto. Los
trastes son porción entre sillas, taburetes, tarimas, rodapiés, cajones, mesas,
escaños, bancos y esteras, con los cuales se improvisará la sala de baile, y en un
ángulo de la misma, el estrado para los músicos.
Pasa el encargado de la fagina para el horno y de la leña para las brasas, no
sea que la noche esté más que fresca. Este se instalará en el traspatio. Pasan las
costureras que han preparado el toldo de bayeta, y que se amarrará con torzales por
si el Chorrillero tiene miras de jugar una mala pasada. Después, los que transportan
útiles de cocina, valiosos mates de plata, vajillas y macetas con flores. Corren los
mandaderos a las pulperías cercanas de don Pepe Fernández (484)
y de don Rafael de la Peña, (485) en demanda del azúcar para el chocolate o
de los bizcochuelos o panales tan celebrados de don Miguel García. (486) Llegan las
chinitas de doña Juana Amieva que correrán con los licores, y las cebadoras de mate.
Alguien ha salido en demanda de un refuerzo de servicios de plata y de peltre,
que recabará entre los vecinos de reconocida holgura. (487) Cerca de las doce,
concurre don Luis de Videla con las acomodadoras, seguidas de algunas mulatas
479 A. H. P. S. L., c. 19, e. 55, f. 50.
480 Ibidem, c. 19, e. 55, fs. 48 v. y 52 v. y c. 25, e. 32.
481 Vizcaíno que en 1813 era empleado de la Aduana Subalterna, puesto que debió abandonar por carecer de carta
de ciudadanía. En 1819 figura como escribiente del Cabildo. A. H. P. S. L., c. 16, e. 46 y c. 19, e. 55, f. 37 v.
482 Ibidem, c. 29, e. 37. El moblaje corresponde a 1823.
483 Según el censo de 1812 era español oriundo del Ferrol (Coruña). Murió peleando bravamente en el combate de
Las Mulgas -1820- anota Saldaña Retamar, O. P.
484 A. H. P. S. L., c. 27, e. 42. Los pormenores se refieren a un sarao en el Cabildo, en 1822.
485 Ibidem, c. 22, e. 54. Las referencias al edificio de la cárcel en este exp. corresponden a 1817.
486 Ibidem, c. 21, e. 17. Los datos se refieren a 1818.
487 Por lo menos vivía en 1814, y de tal modo colaboró en el festejo dispuesto con motivo de la toma de
Montevideo. Ibidem, c. 16, e. 83.