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SAN LUIS EN LA GESTA SANMARTINIANA.pdf

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externa de una nación, antes de haber estudiado sin prejuicios la constitución interna<br />

que le precede, (420) de igual modo resulta más que difícil entender la contribución<br />

humana de San Luis en la formación del Ejército de los Andes, su extraordinario<br />

aporte humano computado en soldados de línea o auxiliares, y sobre todo, la calidad<br />

de ese aporte, antes de tener una idea clara e históricamente verdadera de lo que fue<br />

la matriz que gestó esa contribución.<br />

Queremos rebatir, en toda la amplitud que nuestra capacidad nos permita, ese<br />

criterio hecho, y falso por indocumentado, que intenta concretarse en este vocablo:<br />

improvisación. No, los altos valores humanos no se improvisan. Creemos<br />

firmemente que el “oscurantismo” no puede ser fuente de “luz”, que la ausencia del<br />

derecho en grado absoluto no puede ser antecedente de juridicidad alguna, cuanto<br />

menos como vocación, y que si en un orden social cualquiera ha faltado el poder<br />

moral que significa siempre la ley que fundamenta la organización de la familia, es<br />

imposible después explicar por arte de magia la protección de la libertad que el<br />

derecho asegura, ya se traduzca éste en una constitución o en un código. (421)<br />

Los granaderos puntanos se explican, antes que por la obra genial de San<br />

Martín, por la secular austeridad e hidalguía hispánicas del hogar que los formó, tal<br />

cual ocurre con la singularidad heroica del Capitán de los Andes. (422) Cualquier<br />

otro criterio es falso y de evidente desnaturalización.<br />

Quienes se han ocupado del hogar puntano tradicional, entre nosotros, lo han<br />

hecho, más que todo, desde un punto de vista sentimental. De más está decir que<br />

dicho patrón apreciativo no nos puede dar del mismo sino una visión desarticulada,<br />

incompleta, y de mera evocación subjetiva, que podemos estimar o desestimar según<br />

sea la exactitud o inexactitud del colorido. (423)<br />

Para comprender el heroísmo asombroso de un Pringles en Pescadores, o el<br />

arrojo providencial de un Baigorria en San Lorenzo, es menester ahondar la cuestión<br />

y estudiar objetivamente, y sin anteojeras liberales, aquello que fue “la mejor herencia<br />

que nos dejó el castellano hidalgo” (424) en la realidad sin deformaciones del hogar<br />

puntano. Abatiendo prejuicios, que por otra parte ya resultan inconcebibles, debemos<br />

subrayar aquello que fueron en el hogar de nuestros mayores –lo expresaremos con<br />

palabras del padre Castellani- “las fuertes vitaminas españolas”. (425)<br />

Gez, a quien desde el comienzo de estos apuntes hemos citado con el<br />

reconocimiento de lo que su obra de investigador vale, no para repetirlo, sino para<br />

confirmarlo o rectificarlo con la convicción que da la propia certeza, nos ha dejado en<br />

dos de sus obras: “La tradición puntana” (426) e “Historia de la Provincia de San Luis”,<br />

(427) idéntico juicio contradictorio referido al hogar puntano. Mientras por una parte nos<br />

asegura que aquel hogar –el de la generación de la Independencia- era un santuario<br />

de vida sencilla y patriarcal austeridad, “donde la voluntad paterna era cosa sagrada y<br />

donde la mujer, con su suprema dignidad de esposa y madre, gozaba de las más<br />

420 Vázquez de Mella, J., obs. cps., Madrid, 1933, t. 2, p. 120.<br />

421 Sosa Loyola, G., “La tradición jurídica de San Luis”, Bs. As., 1944, pp. 23 a 31.<br />

422 No se ha estudiado como corresponde la filiación hispano-cristiana de la heroicidad en San Martín.<br />

423 Berrondo, C. G. de, “El búho de la tradición”, Bs. As., 1924, p. 16: “el hogar doméstico, mansión de la<br />

hidalguía y del carácter, hecho edén por la magia de sus dueñas”. –Lucero, L. A. Quiroga de, “Memorias del<br />

hogar” -Páginas- San Luis, 1925.- El Dr. Juan M. Garro, finalizando el “Prefacio” de “La tradición puntana” de<br />

Gez, escribe: “deleitándonos, el cuadro casi esfumado de la vida de entonces, con los recuerdos, encantos y<br />

alegrías de los pasados días”.<br />

424 Gez, J. W., “La tradición puntana”, Corrientes, 1920, p. 113.<br />

425 Del Rey, Jerónimo, “Las canciones de Militis”, p. 190.<br />

426 Corrientes, 1910, p. 113.<br />

427 T. 1, p. 99.

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