13.07.2013 Views

Documento - GutenScape.com

Documento - GutenScape.com

Documento - GutenScape.com

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Esta hispanonapolitana—siguió diciendo Claudio—fue<br />

culpable, a causa de sus ardores, de la horrible fama que durante<br />

tres siglos ha pesado sobre la pasiva y sonriente Lucrecia. Los<br />

enemigos de Alejandro, para desacreditar más a su familia,<br />

pasaron a la cuenta de la hija todos los desenfrenos de la nuera, y<br />

los escritores de la Reforma, arrastrados por el odio religioso<br />

mantuvieron dicho error.<br />

Cuando dos años después los jóvenes príncipes de Esquilache<br />

volvieron de Nápoles a Roma para vivir en el Vaticano, doña<br />

Sancha, todavía muy jovencita, pero en plena erupción de su<br />

temperamento precoz y perversamente lujurioso, se entregó a los<br />

mayores excesos, encontrando tal vez una ampliación de sus<br />

placeres en el escándalo que provocaban.<br />

—Hacía gala de sus amoríos con sus dos cuñados: Juan y<br />

César. Era, inútil que éstos guardasen cierta prudencia; ella, con<br />

cínicos alardes, se encargaba de hacer saber a todos sus placeres<br />

incestuosos. Al mismo tiempo se entendía con otros hombres de<br />

la Corte papal que eran de su gusto, así eclesiásticos <strong>com</strong>o laicos.<br />

Lo raro fue que no atentase contra su propio suegro, el Pontífice,<br />

pues éste, a pesar de su vejez, continuaba mostrándose alegre y<br />

galante con las damas en las fiestas del Vaticano... Alejandro<br />

sentíase, en realidad, indignado por la conducta de su nuera y la<br />

triste situación de su hijo Jofre. Este sólo deseaba que su mujer lo<br />

dejase tranquilo y olvidado. Ella lo escarnecía por la prudencia<br />

con que cuidaba su salud, y tales y tan continuos fueron los<br />

escándalos dados por la napolitana, que el Papa, en sus últimos<br />

tiempos, acabó por encerrarla en el castillo de Sant' Angelo, para<br />

que no hablasen más en Roma de su ostentosa impudicia.<br />

Al día siguiente de dicho matrimonio, el cardenal de Monreale<br />

coronaba con gran aparato a Alfonso II de Nápoles, renovándose<br />

acto seguido para el Papa la sucesión de conflictos que llenaron<br />

todo el curso de 1494, el año más tenebroso de toda su vida.<br />

Después de haberle abandonado Rovere hizo lo mismo<br />

Ascanio Sforza. Los dos cardenales habían vivido siempre <strong>com</strong>o<br />

implacables adversarios; pero se unieron en la presente ocasión<br />

176

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!