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que loa mencionados diplomáticos pudiesen dar tantas fiestas<br />

mientras ella, encargada de la administración de la Embajada,<br />

debía ir espaciando las suyas con diversos pretextos, ocupándose<br />

en estudiar la manera de que costasen menos sin perder su falsa<br />

brillantez. Y una vez más repetía: «Nosotros hemos venido a<br />

servir a nuestro país, no a arruinarnos.»<br />

El millonario Enciso de las Casas buscaba a Borja en muchas<br />

de estas fiestas para hablarle aparte, tomando aires de gran<br />

hombre anulado por sus deberes oficiales.<br />

—De seguir mis gustos, querido Borja, me quedaría en mi<br />

biblioteca, estudiando, escribiendo. En realidad, soy un escritor,<br />

no un diplomático; pero debo sacrificarme por mi país. Si yo me<br />

retirase, aquella República no se cuidaría de tener una<br />

representación digna cerca del Papa.<br />

Fingía despreciar la frivolidad de una existencia de continuas<br />

recepciones, en las que se veían siempre las mismas gentes, y, sin<br />

embargo, asistía a todas ellas, aun sintiéndose enfermo, y no<br />

pasaba semana sin que diese una <strong>com</strong>ida en su palacio-museo.<br />

Al hablar a Borja de su futuro parentesco con don Arístides<br />

Bustamante, sonrió casi lo mismo que el embajador. «Hace usted<br />

bien—parecía decir con su sonrisa—. Llegó la hora de la<br />

seriedad, joven. Debe usted casarse, <strong>com</strong>o todos nosotros.»<br />

Y los muchos consejos de sensatez iban a<strong>com</strong>pañados de<br />

cierta envidia sin rencor, una envidia semejante a la del niño ante<br />

los goces destinados a las personas mayores. No podía olvidar la<br />

buena suerte de Claudio con aquella Rosaura que simbolizaba<br />

para él todas las tentaciones de la vida.<br />

Una noche, en los salones de la Embajada francesa, buscó a<br />

Boria para darle una noticia :<br />

—¿Sabe usted quién está en Roma?... La viuda de Pineda. Tal<br />

vez venga esta noche. No la he visto; pero sé que está aquí por un<br />

joven que es secretario de una Legación sudamericana y la visita<br />

con frecuencia.<br />

Luego fue examinando con ansiosa curiosidad a todas las<br />

damas que entraban en el salón, <strong>com</strong>o si esperase ver de un<br />

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