13.07.2013 Views

Documento - GutenScape.com

Documento - GutenScape.com

Documento - GutenScape.com

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

a<strong>com</strong>pañaba a todas partes, sin que nadie conociese su<br />

enigmática personalidad.<br />

Cuando llegaron ante el palacio Cesarini —habitado ahora por<br />

el cardenal Antonio Sforza y construido por Rodrigo de Borja<br />

cuando aún no era Papa—los dos hermanos se despidieron. Juan<br />

pretextó el capricho de un paseo nocturno que deseaba hacer solo,<br />

y esto, unido a la presencia del enmascarado, hizo suponer a<br />

César que su hermano se encaminaba a una cita galante. Lo<br />

mismo creyeron el Papa y todos los de su intimidad al ver que al<br />

otro día, 16 de junio, el duque no regresaba a sus habitaciones del<br />

Vaticano, suponiéndolo oculto en la casa de alguna dama, no<br />

pudiendo salir hasta la noche, por miedo a la vigilancia del padre<br />

y del marido.<br />

Empezaron a mostrarse inquietos en el curso del día los<br />

allegados al Pontífice. El palafrenero del duque había sido<br />

encontrado al amanecer en la llamada plazoleta de los Hebreos,<br />

cerca del sitio donde se despidieron los dos hermanos, herido tan<br />

gravemente que apenas podía hablar. El caballo del duque, con<br />

silla y riendas, erraba por las calles inmediatas. Interrogado el<br />

moribundo, respondió dificultosamente que había seguido a su<br />

señor hasta la expresada plazoleta, y allí le había ordenado que<br />

esperase una hora y se volviera solo al Vaticano si no le veía<br />

aparecer en dicho tiempo. Y no pudo explicar cómo lo habían<br />

sorprendido y herido de muerte durante la mencionada espera.<br />

Todavía creyeron a Juan de Borja oculto por una cita amorosa;<br />

pero al día siguiente, 16, su persistente desaparición <strong>com</strong>enzó a<br />

justificar las peores conjeturas. En vano el prefecto de Roma con<br />

sus tropas de esbirros registró las calles y casas de la barriada<br />

donde había desaparecido el primogénito del Pontífice. Sus<br />

investigaciones se dirigieron luego hacia el Tíber, testigo de<br />

tantos delitos y que guardaba para siempre el secreto de los<br />

numerosos cadáveres arrojados a sus aguas. Dos esclavones que<br />

habían velado a orilla del río contaron entonces lo que vieron en<br />

la noche del 14 de junio. Uno de ellos guardaba montones de leña<br />

recién desembarcada. El otro, batelero de profesión, dormía en su<br />

222

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!