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POLÍTICAS PARA EL CONTROL DEL TABacO EN MÉXICO
con mayor integralidad en la política de impuestos
al tabaco en la región. Sin embargo, no han existido
más aumentos recientes ni una política de largo plazo
para enfrentar la mayor asequibilidad.
México: en noviembre de 2010 el Congreso
mexicano aprobó un impuesto que incrementó en
siete pesos el precio al detalle de las cajetillas de
tabaco, cinco pesos por el aumento del impuesto
específico y dos pesos más por la eliminación de
la gradualidad que se había aprobado en el presupuesto
de ingresos aprobado un año antes.
Esta modificación al alza fue más allá de lo planteado
por el poder Ejecutivo y en particular por la
Secretaría de Hacienda e incrementó el impuesto
frente a la gradualidad en tres años aprobada en el
presupuesto de ingresos del año anterior.
Este cambio favorable resultó por la acción de
un conjunto de parlamentarios y recibió el apoyo
de legisladores de todos los partidos. Su objetivo
fue principalmente el control del tabaco aún sin
perder de vista la mayor recaudación fiscal esperada
con estos aumentos.
Uruguay: a finales de febrero de 2010, a pocos
días de terminar el periodo de cinco años del gobierno
del doctor Tabaré Vázquez (impulsor de políticas
antitabaco), se incrementó por decreto el valor
del monto específico del impuesto a los cigarros y
especialmente aumentó, pasando a un sistema de
monto específico, el impuesto al tabaco de armar
(de fuerte incidencia en el consumo total en el país,
un 33%). Esto se basó sin dudas en contactos con la
sociedad civil apoyando el rol de este instrumento
de políticas para el control del tabaco
Sin embargo, desde la asunción del nuevo
gobierno el 1 de marzo de 2010 no ha existido
ningún ajuste de la base imponible específica, lo
que implica una fuerte pérdida de valor real al
erosionarse por la inflación y por el aumento de
la asequibilidad con motivo del fuerte incremento
del ingreso de los hogares en el periodo.
Venezuela: en noviembre de 2007 por Decreto
5916 se reformó la ley de 1981 del impuesto a los
cigarros y se subió la tasa ad valorem 70% sobre
precio de venta al público. Los considerandos de
la ley incluyen específicamente a la política antitabaco
y las recomendaciones de la OMS.
Existieron aumentos de impuestos al tabaco en
los últimos años en algunos países de la región que
no estuvieron vinculados a políticas de control de
tabaco.
Chile: con el objetivo de financiar gastos de reconstrucción
luego del terremoto de 2010 Chile
aumentó el impuesto ad valorem del cigarro de
60,2 a 62,3% del precio final al consumidor y fijó
un gravamen adicional de 50 pesos por cada 20
cigarros.
También Honduras y El Salvador se incluyen en
este grupo de países que aumentaron los impuestos
para mejora de recaudación fiscal.
Otros países de la región tuvieron intentos
fracasados de aumento de impuestos a los productos
de tabaco y se mencionan algunos casos a
continuación.
Guatemala: a comienzos de 2010 y frente a esfuerzos
de divulgación y abogacía de la sociedad
civil para aumentar los impuestos a los productos
de tabaco la industria tabacalera recurrió ante la
Corte de Constitucionalidad, la ley vigente de impuestos
a los cigarros (vigente durante 24 años). La
corte falló a favor de la empresa BAT y suspendió la
aplicación del impuesto para los cigarros importados
(todos los de la BAT). El Ministerio de Finanzas
presentó un proyecto de ley para restitución del
impuesto que modificaba la norma vigente para
contemplar algunas observaciones de la corte pero
no incluía ningún aumento efectivo de tasas o de
la base imponible.
La sociedad civil con apoyo de consultores
regionales elaboró una propuesta alternativa con
aumentos que rondaban 40% del precio final al
consumidor, pero el Congreso aprobó la propuesta
del Ejecutivo en enero de 2012 y no se produjo
ningún aumento.
Paraguay: la autoridad fiscal y el Ministerio de
Finanzas se abocaron en una modificación por
decreto de la base imponible del impuesto a los
cigarros. Por Decreto 5445 de noviembre de 2010
se ajustó la base imponible para un aumento del
impuesto que promovería un estimado de entre
17 y 22% de aumento en los precios minoristas
de los cigarros. La industria multinacional y local
respondió masivamente contra el aumento (en el
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