30.06.2018 Views

Carl Sagan - Cosmos

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Los marcianos de Lowell, que eran benignos y esperanzadores, incluso algo parecidos a<br />

dioses, eran muy diferentes a la maligna amenaza expuesta por Wells y Welle s en La guerra<br />

de los mundos. Los dos tipos de ideas pasaron a la imaginación pública a través de los<br />

suplementos dominicales y de la ciencia ficción. Yo recuerdo haber leído de niño, fascinado<br />

y emocionado, las novelas marcianas de Edgar Rice Burroughs. Viajé con John Carter,<br />

caballero aventurero de Virginia, hasta Barsoom , el nombre que daban a Marte sus<br />

habitantes. Seguí a manadas de bestias de carga con ocho patas, los thoat. Y conseguí la<br />

mano de la bella Dejah Thoris, princesa de Helium. Me hice amigo de un luchador verde de<br />

cuatro metros, llamado Tars Tarkas. Me paseé por las ciudades en aguja y por las<br />

abovedadas estaciones de Barsoom, y a lo largo de las verdes veredas de los canales de<br />

Nylosirtis y Nephentes.<br />

¿Era posible de hecho y no en la fantasía aventurarse realmente con John Carter en el<br />

reino de Helium del planeta Marte? ¿Podríamos aventuramos y salir al exterior una tarde de<br />

verano, con nuestro camino iluminado por las dos rápidas lunas de Barsoom, viviendo un<br />

viaje de altas emociones científicas? Todas las conclusiones de Lowell sobre Marte,<br />

incluyendo la existencia de los Tabulados canales, resultaron ser inconsistentes; pero su<br />

descripción del planeta tuvo por lo menos esta virtud: logró que generaciones de niños de<br />

ocho años, la mía entre ellas, consideraran la exploración de los planetas como una<br />

posibilidad real, se preguntaran si nosotros mismos podríamos volar algún día hasta Marte.<br />

John Carter consiguió llegar allí simplemente al situarse de pie en un campo extendiendo sus<br />

manos y deseándolo. Recuerdo haberme pasado, de niño, bastantes horas con los brazos<br />

resueltamente extendidos en un campo solitario implorando a lo que creía que era Marte,<br />

para que me trasladara hasta allí. Nunca dió resultado. Tenía que haber otros sistemas.<br />

Las máquinas, al igual que los organismos, también tienen su evolución. El cohete empezó<br />

en China, como la pólvora que lo impulsó primeramente, y allí se utilizó para cometidos<br />

ceremoniales y estéticos. Fue importado a Europa hacia el siglo catorce, donde se aplicó a<br />

la guerra; a finales del siglo diecinueve, el ruso Konstantin Tsiolkovsky, un profesor de<br />

escuela, lo propuso como medio para trasladarse a los planetas, y el científico americano<br />

Robert Goddard lo desarrolló seriamente por primera vez para el vuelo a gran altitud. PI<br />

cohete militar alemán V 2 de la segunda guerra mundial empleaba prácticamente todas las<br />

innovaciones de Goddard y culminó en 1948 con el lanzamiento de la combinación de dos

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!