08.05.2013 Views

PAUL AUSTER - Tres Tribus Cine

PAUL AUSTER - Tres Tribus Cine

PAUL AUSTER - Tres Tribus Cine

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

-Te regalaré un ejemplar. Así no tendrás ningún pretexto para no leerlo.<br />

-Ayer lo busqué en unas cuantas librerías...<br />

-No te preocupes, ahórrate el dinero. Tengo unos cien ejemplares y estoy<br />

encantado de librarme de ellos.<br />

-Si no estoy demasiado borracho, empezaré a leerlo esta misma noche.<br />

-No hay prisa. Al fin y al cabo es sólo una novela y no debes tomártela<br />

demasiado en serio.<br />

-Yo siempre me tomo en serio las novelas. Sobre todo cuando me las regala el<br />

autor.<br />

-Bueno, este autor era muy joven cuando escribió el libro. Tal vez demasiado<br />

joven. A veces lamenta haberlo publicado.<br />

-Pero pensabas leer algún fragmento de él esta tarde. No puede parecerte tan<br />

malo, entonces.<br />

-No digo que sea malo. Es joven, simplemente. Demasiado literario, demasiado<br />

orgulloso de su propia inteligencia. No se me ocurriría escribir algo así hoy. Y si<br />

todavía tengo algún interés en es únicamente por el lugar donde fue escrito. El libro<br />

mismo no significa mucho para mí, pero supongo que todavía le tengo apego al lugar<br />

donde nació.<br />

-¿Y qué lugar es ése?<br />

-La cárcel. Empecé a escribir el libro en la cárcel.<br />

-¿Quieres decir una cárcel de verdad? ¿Con celdas cerradas y barrotes? ¿Con<br />

números impresos en la pechera de la camisa?<br />

-Sí, una cárcel de verdad. La penitenciaría federal de Danbury, Connecticut. Fui<br />

huésped de ese hotel durante diecisiete meses.<br />

-Dios santo. ¿Y cómo acabaste allí?<br />

-Fue muy sencillo, en realidad. Me negué a entrar en el ejército cuando me<br />

llamaron a filas.<br />

-¿Fuiste objetor de conciencia?<br />

-Quise serlo, pero rechazaron mi solicitud. Supongo que ya conoces la historia.<br />

Si perteneces a una religión que predica el pacifismo y se opone a todas las guerras, hay<br />

una posibilidad de que tengan tu caso en consideración. Pero yo no soy cuáquero ni<br />

adventista del Séptimo Día, y lo cierto es que no me opongo a todas las guerras, sólo a<br />

esa guerra. Desgraciadamente, era la única en la que pretendían que participase.<br />

-Pero ¿por qué ir a la cárcel? Había otras alternativas. Canadá, Suecia, incluso<br />

Francia. Miles de personas se fueron a esos países.<br />

-Porque yo soy un terco hijo de puta, por eso. No quería huir. Sentía que tenía la<br />

responsabilidad de enfrentarme a ellos y decirles lo que pensaba, y no podía hacerlo a<br />

menos que estuviese dispuesto a correr ese riesgo.<br />

-Así que escucharon tu noble declaración y luego te encerraron.<br />

-Por supuesto. Pero valió la pena.<br />

-Supongo. Pero esos diecisiete meses debieron ser espantosos.<br />

-No fue tan malo como se podría pensar. Allí dentro no tienes que preocuparte<br />

de nada. Te dan tres comidas al día, no tienes que lavarte la ropa, toda tu vida está<br />

planificada de antemano. Te sorprendería cuánta libertad te proporciona eso.<br />

-Me alegro de que puedas bromear al respecto.<br />

-No estoy bromeando. Bueno, quizás un poco. Pero no sufrí en ninguno de los<br />

aspectos que probablemente estás imaginando. Danbury no es una prisión de pesadilla<br />

como Attica o San Quintín. La mayoría de los reclusos eran delincuentes de guante<br />

blanco, delitos de desfalco, evasión de impuestos, extender cheques sin fondos, esa<br />

clase de cosas. Tuve suerte de que me mandaran allí. Pero la principal ventaja era que<br />

13

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!