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No volví a verle en casi dos años. Maria era la única persona que sabia dónde<br />
estaba, y Sachs le había hecho prometer que no lo diría. La mayoría de la gente habría<br />
roto esa promesa, creo, pero Maria había dado su palabra y por muy peligroso que fuera<br />
para ella el mantenerla, se negó a abrir la boca. Debí de encontrármela al menos una<br />
docena de veces en esos años, pero aun cuando hablamos de Sachs, nunca dejó traslucir<br />
que supiera más sobre su desaparición que yo. El verano pasado, cuando finalmente me<br />
enteré de todo lo que había estado ocultando, me enfadé tanto que tuve ganas de<br />
matarla. Pero ése era mi problema, no el de Maria, y yo no tenía derecho a desfogar mi<br />
frustración con ella. Una promesa es una promesa, después de todo, y aunque su<br />
silencio acabó causando mucho daño, no creo que se equivocara al hacer lo que hizo. Si<br />
alguien debería haber hablado, era Sachs. Él era el único responsable de lo que sucedió<br />
y era su secreto lo que Maria estaba protegiendo. Pero Sachs no dijo nada. Durante dos<br />
años enteros permaneció escondido y sin decir una palabra.<br />
Sabíamos que estaba vivo, pero a medida que pasaban los meses sin tener<br />
noticias suyas, ni siquiera eso era seguro. Sólo quedaban fragmentos, unos cuantos<br />
hechos fantasmales. Sabíamos que se había marchado de Vermont, que no lo había<br />
hecho conduciendo su coche, y que durante lo que fue un espantoso momento Fanny le<br />
había visto en Brooklyn. Aparte de eso, todo eran conjeturas. Puesto que no había<br />
llamado para anunciar que volvía, supusimos que tenía algo urgente que decirle, pero<br />
fuera lo que fuera, nunca llegaron a hablar de ello. Sencillamente apareció una noche de<br />
repente (“con los ojos enloquecidos”, como dijo Fanny) e irrumpió en el dormitorio del<br />
piso. Eso llevó a la espantosa escena que he mencionado antes. Si la habitación hubiese<br />
estado a oscuras, tal vez hubiese sido menos embarazoso para todos, pero había varias<br />
luces encendidas, Fanny y Charles estaban desnudos sobre la colcha, y Ben lo vio todo.<br />
Estaba claro que era la última cosa que esperaba encontrar. Antes de que Fanny pudiera<br />
decir una palabra, él ya había salido de la habitación, tartamudeando que lo sentía, que<br />
no sabía nada, que no había querido molestarla. Ella se levantó apresuradamente de la<br />
cama, pero cuando llegó al vestíbulo, la puerta del apartamento se había cerrado de<br />
golpe y Sachs bajaba corriendo la escalera. Ella no podía salir desnuda, así que corrió al<br />
cuarto de estar, abrió la ventana y le llamó. Sachs se detuvo un momento en la calle y la<br />
saludó con la mano.<br />
-¡Mis bendiciones a los dos! -gritó.<br />
Luego le tiró un beso, dio media vuelta y echó a correr hasta perderse en la<br />
noche.<br />
Fanny nos telefoneó inmediatamente. Se figuró que tal vez vendría a nuestra<br />
casa, pero su presentimiento resultó equivocado. Iris y yo pasamos media noche<br />
esperándole, pero Sachs no apareció. A partir de entonces, no volvió a dar señales de<br />
vida. Fanny llamó a la casa de Vermont repetidamente, pero nadie contestó. Esa era<br />
nuestra última esperanza, y a medida que pasaban los días parecía cada vez menos<br />
probable que Sachs regresase allí. El pánico se apoderó de nosotros; hubo un contagio<br />
de pensamientos morbosos. No sabiendo qué hacer, Fanny alquiló un coche el primer<br />
fin de semana y se fue a la casa del campo. Según me informó por teléfono después de<br />
su llegada, las pruebas eran desconcertantes. La puerta principal no estaba cerrada con<br />
llave, el coche estaba en su lugar habitual en el patio y el trabajo de Ben estaba<br />
extendido sobre la mesa del estudio: las páginas terminadas del manuscrito en una pila,<br />
las plumas desparramadas a su lado, una página a medio escribir aún en la máquina; en<br />
otras palabras, parecía como si estuviera a punto de volver en cualquier momento. Si<br />
hubiese planeado marcharse por algún tiempo, dijo ella, habría cerrado la casa. Habría<br />
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