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nunca.<br />
-¿Quieres decir que no lo eres?<br />
-He tenido algún desliz, pero nunca hasta el punto que ella imagina.<br />
Considerando todo el tiempo que llevamos juntos, no es un mal récord. Fanny y yo<br />
hemos tenido nuestros altibajos, pero nunca ha habido un momento en que haya<br />
deseado no estar casado con ella.<br />
-Entonces, ¿de dónde se saca los nombres de todas esas mujeres?<br />
-Yo le cuento historias. Forma parte de un juego. Invento historias acerca de mis<br />
conquistas imaginarias y Fanny me escucha. Eso la excita. Las palabras tienen fuerza,<br />
después de todo. Para algunas mujeres, no hay mayor afrodisíaco. Ya debes saber eso de<br />
Fanny. Le encantan las conversaciones obscenas. Y cuanto más gráfico seas, más<br />
caliente se pone.<br />
-No me pareció que se tratara de eso. Siempre que Fanny me hablaba de ti, lo<br />
hacía totalmente en serio. Ni una palabra acerca de “conquistas imaginarias”. Eran todas<br />
muy reales para ella.<br />
-Porque es celosa, y una parte de ella se empeña en creer lo peor. Ha sucedido<br />
ya muchas veces. En cualquier momento dado, Fanny me inventa una relación<br />
apasionada con alguien. Esto viene ocurriendo desde hace años, y la lista de mujeres<br />
con las que me he acostado se va haciendo cada vez más larga. Hace tiempo que<br />
comprendí que no servía de nada negarlo. Eso sólo aumentaba sus sospechas, así que en<br />
lugar de decirle la verdad le digo lo que quiere oír. Miento para hacerla feliz.<br />
-Yo no le llamaría a eso felicidad.<br />
-Para mantenernos unidos, entonces. Para mantener cierto equilibrio. Esas<br />
historias nos ayudan. No me preguntes por qué, pero una vez que empiezo a contárselas,<br />
las cosas vuelven a arreglarse entre nosotros. Tú pensabas que había dejado de escribir<br />
novela, pero sigo haciéndolo. Sólo que mi público se ha reducido a una sola persona.<br />
Pero es la única que realmente cuenta.<br />
-¿Y esperas que me crea esto?<br />
-No pienses que me estoy divirtiendo. No es fácil hablar de ello. Pero supongo<br />
que tienes derecho a saberlo, y estoy haciendo todo lo que puedo.<br />
-¿Y Valerie Maas? ¿Vas a decirme que nunca has tenido nada que ver con ella?<br />
-Ése es un nombre que salía a relucir a menudo. Es redactora de una de las<br />
revistas para las cuales he escrito. Hace un año o dos comimos varias veces juntos.<br />
Comidas estrictamente de trabajo. Comentábamos mis artículos, hablábamos de<br />
proyectos futuros, esa clase de cosas. Finalmente a Fanny se le metió en la cabeza que<br />
Val y yo estábamos liados. No digo que no me sintiera atraído por ella. Si las<br />
circunstancias hubiesen sido diferentes, tal vez habría cometido una estupidez. Fanny<br />
intuyó todo eso, creo. Probablemente mencioné el nombre de Val en casa demasiadas<br />
veces o hice demasiados comentarios halagadores acerca de lo buena redactora que era.<br />
Pero la verdad es que a Val no le interesan los hombres. Vive con otra mujer desde hace<br />
cinco o seis años, y yo no hubiese conseguido nada aunque lo hubiese intentado.<br />
-¿No le contaste eso a Fanny?<br />
-No habría tenido ningún sentido. Una vez que está convencida, no hay forma de<br />
sacarla de su error.<br />
-Haces que parezca tan inestable... Pero Fanny no es así. Es una persona<br />
equilibrada, una de las personas menos ilusas que he conocido.<br />
-Cierto. En muchos aspectos es realmente fuerte. Pero también ha sufrido<br />
mucho, y los últimos años han sido muy duros para ella. No siempre fue así,<br />
¿comprendes? Hasta hace cuatro o cinco años no tenía nada de celosa.<br />
-Hace cinco años es cuando yo la conocí. Oficialmente, quiero decir.<br />
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