08.05.2013 Views

PAUL AUSTER - Tres Tribus Cine

PAUL AUSTER - Tres Tribus Cine

PAUL AUSTER - Tres Tribus Cine

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

para hablar, la mujer se llevaría un susto de muerte. Vaciló durante unos momentos,<br />

luego, sin poder ver aún su cara, se lanzó al fin, rompiendo su silencio cuando ella<br />

estaba a medio camino del jardín.<br />

-¿Lillian Stern? -dijo.<br />

En el mismo momento en que oyó sus palabras, supo que su voz le había<br />

traicionado. Había querido que la pregunta tuviera cierto tono de cordialidad, pero le<br />

había salido torpemente, sonó tensa y beligerante, como si pensara hacerle daño.<br />

Oyó que un rápido y tembloroso jadeo escapaba de la garganta de la mujer, la<br />

cual se detuvo en seco, acomodó a la niña en sus brazos y luego respondió en una voz<br />

baja que ardía de cólera y frustración:<br />

-Lárguese de mi casa. No quiero hablar con nadie.<br />

-Sólo quiero decirle algo -dijo Sachs, comenzando a descender los escalones.<br />

Agitó las manos abiertas en un gesto de negación, como para demostrar que venia en<br />

son de paz-. Estoy esperándola aquí desde las diez de la mañana. Tengo que hablar con<br />

usted. Es muy importante.<br />

-Nada de periodistas. No hablo con ningún periodista.<br />

-Yo no soy periodista. Soy un amigo. No necesita decirme una palabra si no<br />

quiere. Sólo le pido que me escuche.<br />

-No le creo. Usted no es más que otro de esos asquerosos pelmazos.<br />

-No, está usted equivocada. Soy un amigo. Soy amigo de Maria Turner. Es ella<br />

quien me ha dado su dirección.<br />

-¿Maria? -dijo la mujer. Su voz se había suavizado de modo repentino e<br />

inconfundible-. ¿Conoce usted a Maria?<br />

-La conozco muy bien. Si no me cree, puede entrar en casa y llamarla. Yo<br />

esperaré aquí hasta que termine.<br />

Él había llegado hasta el último escalón, y la mujer volvía a andar hacia él,<br />

como si se sintiese libre de moverse ahora que se había mencionado el nombre de<br />

Maria. Estaban de pie en el camino de baldosas a medio metro el uno del otro y, por<br />

primera vez desde su llegada, Sachs pudo distinguir sus facciones. Vio la misma cara<br />

extraordinaria que había visto en las fotografías en casa de Maria, los mismos ojos<br />

oscuros, el mismo cuello, el mismo pelo corto, los mismos labios llenos. Él era casi<br />

treinta centímetros más alto que ella, y mientras la miraba, la cabeza de la niña<br />

descansando sobre su hombro, se dio cuenta de que a pesar de las fotografías no<br />

esperaba que fuese tan hermosa.<br />

-¿Quién demonios es usted? -preguntó ella.<br />

-Me llamo Benjamin Sachs.<br />

-¿Y qué quiere de mi Benjamin Sachs? ¿Qué está usted haciendo aquí delante de<br />

mi casa a medianoche?<br />

-Maria trató de hablar con usted. Ha estado llamándola varios días, y como no<br />

pudo comunicar con usted, decidí venir yo.<br />

-¿Desde Nueva York?<br />

-No tenía otra elección.<br />

-¿Y por qué quería verme?<br />

-Porque tengo algo importante que decirle.<br />

-No me gusta cómo suena eso. Lo último que necesito es otra mala noticia.<br />

-Esto no es una mala noticia. Una noticia extraña, quizá, incluso increíble, pero<br />

decididamente no es mala. En lo que a usted concierne, es muy buena. Asombrosa, de<br />

hecho. Toda su vida está a punto de cambiar para mejor.<br />

-Está usted muy seguro de sí mismo, ¿no?<br />

-Sólo porque sé lo que me digo.<br />

99

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!