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aloncesto cubierta detrás de la casa y durante una hora más o menos cada mañana<br />
hacíamos canastas y jugábamos simples (me ganaba estrepitosamente todas las veces).<br />
Mientras Iris dormía la siesta, él y yo nos turnábamos para pasear a Sonia por el jardín,<br />
meciéndola hasta que se dormía mientras hablábamos. La primera noche me acosté<br />
tarde y leí el manuscrito del libro que estaba escribiendo. Las otras dos noches los dos<br />
nos quedamos levantados hasta muy tarde comentando lo que había escrito hasta<br />
entonces y lo que faltaba. El sol brilló tres de los cuatro días, la temperatura era cálida<br />
para aquella época del año. En conjunto, todo fue casi perfecto.<br />
Sachs sólo había escrito un tercio de su libro en aquel momento y la parte que yo<br />
leí estaba aún muy lejos de ser la versión definitiva. Sachs lo entendía así y cuando me<br />
dio el manuscrito la primera noche que pasé allí, no buscaba una crítica detallada ni<br />
sugerencias de cómo mejorar éste o aquel párrafo. Lo único que quería saber era si a mí<br />
me parecía que debía continuar.<br />
-He llegado a un punto en el que ya no sé qué estoy haciendo -dijo-. No sé si es<br />
bueno o malo. No sé si es lo mejor que he hecho nunca o si es un montón de basura.<br />
No era basura, eso me quedó claro desde la primera página, pero a medida que<br />
avanzaba en la lectura del resto del borrador también me di cuenta de que Sachs había<br />
dado con algo que valía la pena. Aquél era el libro que yo siempre había imaginado que<br />
era capaz de escribir, y si había hecho falta un desastre para que lo empezara, entonces<br />
quizá no había sido realmente un desastre. O eso es lo que me dije entonces. Fueran los<br />
que fueran los problemas que me encontré en el manuscrito, fueran los que fueran los<br />
cortes o cambios que sería preciso hacer al final, lo esencial era que Sachs había<br />
empezado y yo no iba a permitir que parase.<br />
-Tú sigue escribiendo y no mires atrás -le dije durante el desayuno a la mañana<br />
siguiente-. Si consigues llegar hasta el final, será un gran libro. Toma nota de mis<br />
palabras: un libro grandioso y memorable.<br />
Me es imposible saber si hubiese podido llevarlo a cabo. Entonces me sentía<br />
seguro de que sí, y cuando Iris y yo nos despedimos de él el último día, ni siquiera se<br />
me pasó por la cabeza dudarlo. Una cosa eran las páginas que había leído, pero Sachs y<br />
yo también habíamos hablado, y basándome en lo que me dijo sobre el libro durante las<br />
dos noches siguientes, estaba convencido de que tenía dominada la situación, que<br />
entendía lo que tenía por delante. Si eso es cierto, entonces no puedo imaginar nada más<br />
terrible. De todas las tragedias que mi pobre amigo creó para sí mismo, dejar este libro<br />
inacabado se convierte en lo más difícil de soportar. No quiero decir que los libros sean<br />
más importantes que la vida, pero el hecho es que todo el mundo se muere, todo el<br />
mundo desaparece al final, y si Sachs hubiese logrado terminar su libro, hay una<br />
posibilidad de que le hubiese sobrevivido. Eso es lo que quiero creer, en cualquier caso.<br />
Tal y como está ahora, el libro no es más que una promesa de libro, un libro en potencia<br />
encerrado en una caja llena de páginas manuscritas sucias y un puñado de notas. Eso es<br />
todo lo que queda de él, junto con nuestras dos conversaciones nocturnas al aire libre,<br />
sentados bajo un cielo sin luna atestado de estrellas. Pensé que su vida estaba empezando<br />
otra vez, que había llegado al inicio de un extraordinario futuro, pero resultó que<br />
estaba casi al final. Menos de un mes después de que le viese en Vermont, Sachs dejó<br />
de trabajar en su libro. Salió a dar un paseo una tarde de mediados de septiembre y la<br />
tierra se lo tragó de repente. Ésa es la esencia del asunto, y desde ese día no volvió a<br />
escribir una palabra más.<br />
Para conmemorar lo que nunca existirá, le he dado a mi libro el mismo titulo que<br />
Sachs planeaba usar para el suyo: Leviatán.<br />
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