08.05.2013 Views

PAUL AUSTER - Tres Tribus Cine

PAUL AUSTER - Tres Tribus Cine

PAUL AUSTER - Tres Tribus Cine

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

misma. Era la edición original de tapa dura, con sobrecubierta y guardas púrpura, y sólo<br />

costaba cinco dólares. Y allí estaba mi foto en la solapa trasera: el retrato del artista<br />

cuando era un joven retrasado mental. Recuerdo que fue Fanny quien hizo esa foto.<br />

Tenía veintiséis o veintisiete años, llevaba barba y el pelo largo y estoy mirando al<br />

objetivo con una expresión increíblemente grave y sentimental. Ya has visto la foto, ya<br />

sabes cuál digo. Cuando abrí el libro y la vi en la tienda aquel día, casi me eché a reír.<br />

»Una vez que pasó el peligro, salí de la tienda y volví a casa de Lillian en el<br />

coche. Sabía que no podía permanecer más tiempo en Berkeley. Ver a Cal Stewart me<br />

había acojonado, y de pronto comprendí lo precaria que era mi posición, lo vulnerable<br />

que me había vuelto. Cuando llegué a casa con el libro, lo puse sobre la mesita baja del<br />

cuarto de estar y me senté en el sofá. Ya no tenía ninguna idea. Tenía que marcharme,<br />

pero al mismo tiempo no podía hacerlo, no podía dejar plantada a Lillian. Casi la había<br />

perdido, pero no estaba dispuesto a renunciar, no podía soportar la idea de no volver a<br />

verla. Así que me senté en el sofá, mirando fijamente la tapa de mi novela, sintiéndome<br />

como si acabara de estrellarme contra un muro de ladrillos. No había hecho nada<br />

respecto al libro sobre Dimaggio; había tirado más de un tercio del dinero; había<br />

estropeado todas mis esperanzas. Por pura infelicidad, continué con los ojos fijos en la<br />

tapa del libro. Durante mucho rato creo que ni siquiera lo vi, pero luego, poco a poco,<br />

algo empezó a suceder. El proceso debió de durar cerca de una hora, pero una vez que<br />

la idea se apoderó de mí, no pude dejar de pensar en ello. La Estatua de la Libertad,<br />

¿recuerdas? Ese extraño distorsionado dibujo de la Estatua de la Libertad. Así fue como<br />

empezó, y cuando comprendí lo que iba a hacer, el resto vino por añadidura, todo el<br />

disparatado plan encajó.<br />

»Cerré algunas de mis cuentas corrientes esa tarde y me ocupé de las otras a la<br />

mañana siguiente. Necesitaba dinero para hacer lo que tenía que hacer, lo cual<br />

significaba volverme atrás respecto a todos los compromisos que había adquirido,<br />

quedarme con el resto del dinero en lugar de dárselo a Lillian. Me molestaba faltar a mi<br />

palabra pero no tanto como me había imaginado. Ya le había dado sesenta y cinco mil<br />

dólares, y aunque no era todo lo que quedaba, era mucho dinero, mucho más de lo que<br />

ella había esperado que le diera. Los noventa y un mil dólares que todavía tenía me<br />

durarían mucho, pero no iba a derrocharlos en mi persona. El destino concebido para<br />

aquel dinero era tan importante como mi plan original. Más importante, en realidad. No<br />

sólo iba a usarlo para llevar a cabo el trabajo de Dimaggio, sino que lo usaría para<br />

expresar mis propias convicciones, para pronunciarme a favor de aquello en lo que<br />

creía, para producir la clase de efecto que nunca había podido producir. De repente, mi<br />

vida parecía tener sentido. No sólo los últimos meses, sino toda mi vida, desde el principio.<br />

Era una milagrosa confluencia, una asombrosa conjunción de motivos y<br />

ambiciones. Había encontrado el principio unificador y esta sola idea haría que todos<br />

los pedazos rotos de mi mismo se unieran. Por primera vez en mi vida estaría entero.<br />

»No puedo transmitirte la fuerza de mi felicidad. Me sentí libre de nuevo,<br />

absolutamente liberado por mi decisión. No era que deseara dejar a Lillian y Maria,<br />

pero ahora había cosas más importantes de las que ocuparse y, una vez que entendí eso,<br />

toda la amargura y el sufrimiento del último mes se derritió en mi corazón. Ya no estaba<br />

embrujado. Me sentí inspirado, vigorizado, limpio. Casi como un hombre que ha<br />

encontrado la religión. Como un hombre que ha oído la llamada. El tema inacabado de<br />

mi vida había dejado de importar repentinamente. Estaba listo para adentrarme en el<br />

desierto y predicar la palabra, listo para empezar de nuevo.<br />

»Pensándolo ahora, veo lo inútil que fue cifrar mis esperanzas en Lillian. Ir allí<br />

fue una locura, un acto de desesperación. Podría haber dado resultado si yo no me<br />

hubiera enamorado de ella, pero una vez que eso sucedió, la aventura estaba condenada<br />

130

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!