número completo - Youkali, revista crítica de las artes y del ...

sur l’histoire de la société civile de Ferguson (1767, traducción
francesa de 1783) –teórico escocés próximo a
Adam Smith 8 . La sociedad civil fergusoniana se encuentra
definida por cuatro caracteres mayores: primo,
la sociedad civil es una constante histórico-natural;
secundo, es principio de síntesis espontánea; tertio,
es matriz permanente de poder político; quatro, constituye
el verdadero motor de la historia 9 .
En primer lugar, la sociedad civil ilustrada en el
Essai de Ferguson aparece como una constante histórico-natural.
Lo que permite pensar la sociedad civil
es la ausencia de cualquier ruptura instituyente, el
carácter ya-siempre-dado del orden social. Por eso mismo
resulta vano pensar el origen, el momento fundador
del paso de la no-sociedad a la sociedad o de la
naturaleza a la historia. Todo ello, por tanto, supone
una crítica de las teorías del estado de naturaleza: la
sociedad no tiene que ser instaurada, el vínculo social
existe sin prehistoria.
En segundo lugar, la sociedad civil que Foucault
descubre en Ferguson asegura la síntesis espontánea
entre los hombres, entre sus intereses y sus pasiones, y
todo ello por medio de un mecanismo inmanente antes
que por la transcendencia del derecho. La sociedad
civil se define por la armonización de los intereses particulares,
mecanismo que se designa a menudo como
convergencia involuntaria de los intereses o “heterogénesis
de los fines”: al perseguir sus intereses o fines
particulares, los hombres producen sin saberlo ni quererlo
el bien de la sociedad de la que forman parte.
Foucault señala que la armonía de los intereses así designada
se parece a la figura de la “mano invisible” de
Smith. Sin embargo, la sociedad civil excede la asociación
de los sujetos económicos, y el vínculo social que
tiene lugar se distingue del interés mercantil, a pesar
de que este último desempeñe un rol importante. Pues
lo que vincula a los individuos en la sociedad civil no
es la voluntad de sacar provecho de los intercambios
sino, como dice Ferguson, de los “intereses desinteresados”:
el sentimiento, la simpatía, la compasión, la
bondad. Foucault señala entonces la imposibilidad de
reducir la sociedad civil a la sociedad mercantil y el
hombre a la insípida figura del homo oeconomicus. El
deseo de provecho, en realidad, desempeña un rol
ambivalente: se trata de un principio indisociable de
asociación y de disociación (de disolución de los afectos
sociales no egoístas). Foucault menciona las páginas
del Essai de Ferguson relativas a la soledad, quizás
a la alienación producida por la preponderancia del
interés mercantil y por la competencia que él mismo
engendra; alude a la nobleza del sacrificio de la que
son capaces los hombres (el ciudadano antiguo, el salvaje
o el bárbaro) que prefieren su comunidad a sus
bienes, el interés público a su interés particular. Tal sería
entonces el segundo carácter de la sociedad civil:
una síntesis espontánea en el interior de la cual el vínculo
económico encuentra su lugar, al mismo tiempo
que la amenaza.
Esta determinación antropológica de la sociedad
civil conduce en consecuencia a Foucault a enunciar
su tercera característica: la sociedad civil forma una
matriz permanente del poder político. Ferguson rompe
con la secuencia ‘estado de naturaleza-contrato’, la
cual permitía pensar el momento en que el poder político
acontece en la historia a partir de una situación
de igualdad y libertad natural entre los hombres. La
espontaneidad política que se plantea a partir de ahora
se concibe como una prolongación de la espontaneidad
social. La sociedad no procede de un contrato, de
una unión voluntaria, de una renuncia o de una delegación
de los derechos; excluye la constitución de una
soberanía por medio de un pacto de asociación o de
sujeción. Pero lo que más le interesa a Foucault es esto:
Ferguson describe la emergencia espontánea o no finalizada
del poder, la emergencia natural del artificio
institucional -las diferencias naturales entre los hombres
que se convierten en jerarquías, las distinciones
que producen dominación. Lo que más llama aquí la
atención de Foucault es el proceso, por decirlo así, inconsciente
e involuntario, no deliberado y no planificado,
de producción del poder; se trata de un análisis
que cortocircuita el paradigma de la soberanía o el
fundamento de la legitimidad, presentándose, en el
fondo, como una “ficción” alternativa tanto a la violencia
originaria como a la ficción de la secuencia ‘estado
de naturaleza-contrato’ 10 . En su rechazo al privilegio
concedido al paradigma jurídico y en su crítica
recurrente a las teorías del contrato 11 , Foucault no
8.- Foucault subraya en seguida que la obra de Ferguson es una obra cercana al Ensayo sobre la riqueza de las naciones de Adam Smith,
adoptando el concepto de “nación” en Smith un sentido similar al de sociedad civil en Ferguson.
9.- M. Foucault, NBP, Lección del 4 de abril de 1979, p. 339.
10.- Véase D. Deleule, “L’héritage intellectual de Foucault”, entrevista entre D. Deleule y F.P. Adorno, Cités, nº2, 2000, pp. 99-108, en
particular, p. 102.
11.- “Una sociedad no es un cuerpo unitario en el que se ejerza un poder y solamente uno, sino que en realidad es una yuxtaposición, un enlace, una
coordinación y también una jerarquía de diferentes poderes, que sin embargo persisten en su especificidad”. El esquema de los juristas consiste
en decir que la sociedad aparece con la soberanía, la cual organiza el cuerpo social (M. Foucault, “Las mallas del poder”, Estética,
Ética yHermenéutica, Paidós, Barcelona, 1999, p. 239). ISBN: 1885-477X YOUKALI, 13 página 103MISCELÁNEA