número completo - Youkali, revista crítica de las artes y del ...

a en colisión con el derecho de propiedad privada
de sus amos, algunos de los cuales se sentaban en los
propios escaños de la Convención. A su vez al menos
algunos de ellos habían hecho su fortuna con el
tráfico de esclavos y las riquezas que provenían del
mundo colonial.
Una declaración de septiembre de 1791 niega a los
hombres de color libres en las colonias los derechos
políticos reconocidos en la metrópoli, al tiempo que
niega también a los esclavos el derecho a liberarse ya
que son “propiedad” de sus señores. Va a hacer falta
la revolución haitiana dirigida por Toussaint l´Ou ver -
ture para que la colonia pueda liberarse, conquistando
militarmente su independencia en 1804. En Espa -
ña y en las colonias de ultramar la esclavitud no se
Todo ello gracias a su alianza con el demonio cuya abolió por ley hasta 1886
existencia ni siquiera algunos filósofos ponen en
cuestión. Por ejemplo no deja de resultar chocante
que el propio Tomás de Aquino insista en que los demonios
son reales y se niegue a considerar los actos
de brujería como meros sueños o ensoñaciones, contribuyendo
con su afirmación de la realidad de dichos
fenómenos a dar mayor ferocidad a la persecución
(Quodlibet, XI, 10).
5.- La legislación sobre la esclavitud y el trato en las
colonias.
Algo semejante ocurre en lo concerniente a la legislación
sobre la esclavitud y el trato en las colonias.
Desde una perspectiva eurocéntrica parecería que la
esclavitud desafía todos los estándares del trato debido
a las personas que somos todas “libres e iguales”
por nacimiento y que, una vez establecidos estos
principios, la esclavitud debiera haberse abolido
de inmediato. Los datos históricos nos recuerdan
que no fue así.
Ni siquiera durante la Revolución francesa.
Algunos trabajos históricos sobre el periodo revolucionario
muestran que el tema de la liberación de los
esclavos fue un hueso duro de roer. Teóricamente no
se podía argumentar en contra de la abolición de la
esclavitud dentro de los marcos de la ideología ilustrada,
como Jean Jacques Rousseau y el mismo
Robespierre reconocieron. Y sin embargo, en la práctica,
el derecho de los esclavos a la liberación entra-
8 .
Los ilustrados esclavistas intentaron pues encontrar
algún tipo de resquicio que permitiera no ampliar
los “derechos” de la metrópoli a las colonias y
lo encontraron en el argumento de la raza. Si los negros
libres y los mulatos de las colonias no deben gozar
de los mismos derechos que los blancos de la metrópoli
es en base a la pretendida superioridad de la
raza blanca que, como Kant afirma, es la más cercana
a la raza originaria y se supone que menos degenerada
puesto que en las zonas templadas donde habita
se da la mejor mezcla climática igualmente alejada de
los fríos excesivos y de los tórridos trópicos9 .
6.- La legislación laboral.
Volvamos a Marx. En el capítulo anteriormente comentado
sobre la llamada apropiación originaria, señala
que “la legislación sobre el trabajo asalariado,
acuñada desde su raíz para la explotación del trabajador
y siempre igualmente hostil a él en su posterior
proceso, se inaugura en Inglaterra con el Statute of
Labourers de Eduardo III. Le corresponde en Francia la
ordenanza de 1350 promulgada en nombre del rey
Jean” 10 . Estas normas prescriben los salarios máxi- 35¿DERECHO?
mos pero no los mínimos lo que es debido, como
Marx explica, a impedir que algunos tipos de trabajadores,
en función de su cualificación o su fuerza, pu- página
dieran conseguir salarios más altos. Se castiga el que
se pueda percibir un salario por encima del estableci-
13
do por ley, pero se castiga más al trabajador que lo
YOUKALI,
8 Véase sobre el tema Piqueras, José Antonio, La esclavitud en las Españas. Un lazo transatlántico, Madrid, Los libros de la Catarata,
2011, especialmente cap. 8.
9 Von den verschiedenen Rassen der Menschen, (1775), en Schriften zur Anthropologie, Geschichtsphilosophie, Politik und Pädagogik I,
Werkausgabe,ed. por W.Weischedel, Frankfurt, Suhrkamp, 1968, T. XI, p. 27. Véase sobre el tema Galceran, M., „Límites y paradojas
de los universales eurocéntricos“, en Cairo, H. y Grosfoguel, R. (ed.) Descolonizar la Modernidad, descolonizar Europa, Madrid, 1885-477X
Iepala, 2010, pp. 41-56.
10 Op.cit, p. 384. ISBN: