número completo - Youkali, revista crítica de las artes y del ...

ISBN: 1885-477X YOUKALI, 13 página 118 MISCELÁNEA
da de un sistema de representaciones y manifestaciones que es
operativo en el campo de la diplomacia primaria 41 ”. Por consiguiente,
el objetivo de la demostración foucaultiana será
establecer que el estado de guerra tiene que ver más
bien con la diplomacia que con la acción armada, que lo
que “caracteriza al estado de guerra es una especie de diplomacia
infinita de rivalidades que son naturalmente igualitarias
42 ”. Ahora bien, para establecer este punto, Foucault
está obligado a sustituir el análisis de las pasiones que
conducen a la guerra por un análisis de la relación de
fuerza, cuando ninguna de las fuerzas presentes predomina
de manera decisiva sobre las otras. Esta relación de
fuerza aleatoria debe comprenderse a partir del juego de
tres tipos de “elementos”, los cuales recuerdan las estrategias
de disuasión. El primer elemento consiste en “representaciones
calculadas 43 ”: se trata no sólo de evaluar el
poder del otro sino de tener en cuenta también la manera
en que ese otro puede representarse mi propio poder.
La representación que yo me hago del juicio del otro forma
parte de la relación de fuerza que me opone a él. El
segundo elemento consiste en “manifestaciones enfáticas
44 ”: se trata de manifestar su voluntad de hacer la
guerra, o su voluntad de no renunciar a la guerra como
último recurso para alcanzar sus fines. El tercer elemento
reside en técnicas de “intimidaciones cruzadas 45 ”: se trata
de actuar de forma que nuestro adversario tema tanto
al conflicto como nosotros lo tememos entre nosotros
mismos. Ahora bien, es evidente que las estrategias de
disuasión tienen que ver más con la diplomacia que con
un compromiso en un teatro de operaciones. En ese sentido
se puede decir lo que Foucault plantea como conclusión
a propósito del estado de guerra según Hobbes,
a saber, que “nos encontramos en el teatro de las representaciones
intercambiadas, en una relación de temor que es una relación
temporalmente indefinida; no estamos realmente en la
guerra” 46 . Si se quiere ser completamente exacto, conviene
no obstante añadir que el estado de naturaleza de
Hobbes no conoce armas de destrucción masiva, sino
solamente la amenaza difusa e indefinida que hace pesar
sobre los individuos el carácter aleatorio, en ausencia
de protección estatal, de las reacciones del otro. El motivo
pasional del temor basta por lo menos para provocar
una guerra, mientras que el temor en tanto que pasión
“racional” –es Hobbes el que lo dice- es más bien la con-
41.- Ibíd.
42.- Ibíd.
43.- Ibíd.
44.- Ibíd.
45.- Ibíd.
46.- Ibíd., pp. 81-82.
47.- Ibíd., p. 82.
48.- Ibíd., p. 81.
49.- Hobbes, Leviathan, cap. 20, op. cit., p. 179.
dición del Estado de derecho. Ahora bien, decir entonces
que el estado de miedo es consustancial al estado del
derecho significa que no hay derecho estatal sin voluntad
temerosa de los sujetos, y que la diplomacia atemorizada
del estado de naturaleza constituye el cimiento
pasional del estado civil. El estado de guerra no es entonces
un “estadio” inferior o anterior destinado a ser
superado o rebasado, sino “una especie de fondo permanente47
” que resurge cuando la inseguridad se insinúa en
los intersticios de la protección estatal. Si esto es así, resulta
entonces comprensible por qué Foucault insiste
tanto en hacer de Hobbes un pensador de la diplomacia
y no de la guerra. En un resumen sorprendente acerca
de su propósito, Foucault puede escribir entonces que
“en la guerra primitiva de Hobbes no hay batallas, no hay sangre,
no hay cadáveres. Hay representaciones, manifestaciones,
signos, expresiones enfáticas, astutas, mentirosas 48 ”. Si
Hobbes se compromete en una batalla teórica, la descripción
que ofrece de la guerra no se corresponde con
la realidad de las luchas sociales y políticas de su tiempo.
Por eso, para Foucault, la descripción hobbesiana de
la guerra de todos contra todos habla más del Estado y
del derecho, que de hecho le precede, que de las guerras
reales que atraviesan las sociedades.
La segunda tesis, que sirve por lo general para componer
el retrato de un Hobbes pensador de la guerra, es
la distinción entre una república por institución y una república
por adquisición. Si el primer tipo de república
procede de la guerra de todos contra todos, y de la que
Foucault acaba de mostrar que no es verdaderamente
una guerra, el segundo tipo de república se apoya en
dos tipos de relación de dominación, de las cuales una
procede de forma manifiesta de victorias y de derrotas
reales sobre campos de batalla histórica y geográficamente
situados. La república por adquisición se introduce
en el capítulo 20 del Leviathan por medio de un título
que parece contradecir por adelantado el propósito de
Foucault: “Of Dominion Paternal and Despotical 49 ”. Y sin
embargo Foucault sostiene que la conclusión impuesta
en relación al primer tipo de república vale también para
el segundo: la filosofía política de Hobbes no depende
de ninguna manera del acontecimiento que constituye
una guerra real, perdida o ganada, incluso cuando introduce
en su tipología de las repúblicas la noción de