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número completo - Youkali, revista crítica de las artes y del ...

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Huéspe<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l naufragio<br />

¿Des<strong>de</strong> dón<strong>de</strong> nos habla la poesía <strong>de</strong> Arturo Borra? ¿Qué naufragio se nos dice, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> qué umbral o límite nos<br />

habla el poema? Parece que hay una catástrofe personal; sin duda hay una catástrofe colectiva, pero hay también<br />

la certeza <strong>de</strong> que el lugar <strong>de</strong>l poema es el fracaso: lo poco o mucho que los signos salvan <strong>de</strong>l naufragio <strong>de</strong><br />

sentido que es el espacio <strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong> nace. Como señala Antonio Mén<strong>de</strong>z Rubio en el prólogo <strong>de</strong>l libro: “el poema<br />

no elu<strong>de</strong> el fracaso sino que lo enfrenta. Produce y es a la vez producido por la experiencia <strong>de</strong>l naufragio,<br />

por el naufragio <strong>de</strong> la experiencia. El poema es como uno <strong>de</strong> esos restos incomprensibles que llegan a una playa<br />

imp<strong>revista</strong>” (Umbrales <strong>de</strong>l naufragio, p.710 ). Así los dos primeros poemas alu<strong>de</strong>n al lugar (incierto) y los límites<br />

(umbral <strong>de</strong> naufragio) <strong>de</strong> la palabra poética; el tercer poema “Exurbio” nace <strong>de</strong>l <strong>de</strong>saliento ante el dolor <strong>de</strong>l<br />

mundo y los inmediatamente siguientes parecen referidos a una catástrofe <strong>de</strong> índole más personal. Porque este<br />

<strong>de</strong>saliento, esta subjetividad rota, abierta en mil heridas se alimenta <strong>de</strong>l sinsentido <strong>de</strong> un mundo quebrado<br />

por una miseria y una injusticia insoportables; quiero <strong>de</strong>cir difícilmente soportables, no para quienes la sufren<br />

directamente (lo cual es evi<strong>de</strong>nte), sino para quien <strong>las</strong> vive <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una cierta distancia (¿pero qué distancia es posible<br />

si uno se siente atravesado por el<strong>las</strong>). Y este <strong>de</strong>saliento sin fronteras, sin límites, este naufragio personal y<br />

colectivo, que atraviesa todo el poemario sabe que <strong>de</strong>be <strong>de</strong>cirse y a la vez que sólo pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la precariedad<br />

más absoluta, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una palabra en el límite <strong>de</strong>l silencio, una mirada abocada a la ceguera. Por eso los<br />

dos poemas iniciales hablan <strong>de</strong> la palabra y los dos que cierran el libro vuelven<br />

a preguntarse por el sentido y la necesidad <strong>de</strong> la poesía; en medio veremos<br />

astil<strong>las</strong>, fragmentos flotando en el mar, <strong>de</strong> un naufragio personal y colectivo.<br />

El primer poema, “Caligrafías” (p.13-14), nos habla <strong>de</strong> la escritura. Y nos<br />

habla <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la oscuridad: “los oficios <strong>de</strong> la cegue ra/aquellos// ciegos oficios<br />

expandidos por la gravi<strong>de</strong>z <strong>de</strong> lo mínimo”. “Me invento en la sombra// <strong>de</strong> lo<br />

<strong>de</strong>sconocido/ en los saltos sin red// a ninguna parte”. Des<strong>de</strong> la oscuridad, la<br />

sombra, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo <strong>de</strong>sconocido porque lo que él busca “no es un <strong>de</strong>cir”, no es<br />

repetir lo ya dicho; es “<strong>de</strong>cir lo que no es”, “hacer con la dicción”: como si la<br />

palabra naciera al <strong>de</strong>cirse, adquiriera sentido en el momento mismo en que<br />

(imp<strong>revista</strong>, nacida <strong>de</strong> la ceguera) surge con su materialidad fónica. Frente al<br />

<strong>de</strong>cir, el hacer con la dicción. La palabra que es “estallido <strong>de</strong> vacío”, un <strong>de</strong>cir nacido<br />

“en <strong>las</strong> afueras <strong>de</strong>l vocablo”, en los márgenes <strong>de</strong> lo ya dicho, en el extrarradio<br />

<strong>de</strong> cualquier certeza o herencia. Y sin embargo hay una exigencia y un<br />

consuelo. Es una palabra que “suena cansada sombría”, un “sonido <strong>de</strong> la noche/<br />

aturdiendo mis manos”:<br />

“pero es también una manta<br />

y no me la arranca nadie/ quizás”<br />

(p.14)<br />

Está la sed, el colapso <strong>de</strong> los huesos, <strong>las</strong> heridas… un “quizas”, un principio <strong>de</strong> duda incluso en esta afirmaciónexigencia-con<strong>de</strong>na.<br />

Una palabra “que no me la roba nadie” (ni siquiera ese “quizás”) y la certeza <strong>de</strong> seguir “preguntando”<br />

y <strong>de</strong> seguir “haciendo con la dicción” aunque “ya no haya signos” y la sangre <strong>de</strong>stiña “irrevocablemente”<br />

todas <strong>las</strong> caligrafías.<br />

Si el primer poema habla <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la oscuridad, el segundo se titula “Ceguera”. Des<strong>de</strong> ahí, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo no visto,<br />

lo roto, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la ausencia (<strong>de</strong> luz, <strong>de</strong> certezas) nos habla: “Se mira <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el fragmento; se ensaya/ en la penumbra”<br />

(p.15).<br />

Las palabras son “metáforas <strong>de</strong>l vacío” y “no hay vocablo/ para nombrar el sueño” (p.28) porque el poema<br />

es una repetida pregunta, una no respuesta. Y lo es, sobre todo, porque dice mundo (es <strong>de</strong>cir está en el mundo,<br />

lo nombra perplejo, lo quiere habitar, <strong>de</strong>cir con palabras que le <strong>de</strong>n sentido) y estas esquir<strong>las</strong> <strong>de</strong> lo real hieren y<br />

alcanzan al poema11 RESEÑAS<br />

/ 179ANÁLISIS página 13 YOUKALI,<br />

:<br />

10 En a<strong>de</strong>lante señalaré sólo el <strong>número</strong> <strong>de</strong> página, siempre referidas a la citada edición <strong>de</strong> Umbrales <strong>de</strong>l naufragio.<br />

1885-477X<br />

11 En 1996 José Mén<strong>de</strong>z publica un excelente poemario titulado Esquirla (Huerga y Fierro, Madrid). ¿Es <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces que la palabra<br />

“esquirla” ha <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> ser inusual en nuestra poesía? ISBN:

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