número completo - Youkali, revista crítica de las artes y del ...
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ISBN: 1885-477X YOUKALI, 13 página 132 MISCELÁNEA<br />
Zurita saca a relucir aún al marciano, es que tales<br />
obras se fueron directamente al limbo.<br />
Que se sigan oyendo voces sobre la falta <strong>de</strong><br />
presencia en la novela actual <strong>de</strong> la grave situación <strong>de</strong><br />
pauperización e injusticia que pa<strong>de</strong>cemos, lo que se<br />
<strong>de</strong>nomina ya por ahí como una “novela <strong>de</strong> la crisis”,<br />
sólo pue<strong>de</strong> obe<strong>de</strong>cer a la existencia <strong>de</strong> ese limbo<br />
adon<strong>de</strong> va a parar un porcentaje importante <strong>de</strong> <strong>las</strong><br />
nove<strong>las</strong> y los relatos que se publican en editoriales pequeñas<br />
(esto es, nove<strong>las</strong> manufacturadas, como pi<strong>de</strong><br />
Pennac); un limbo que pasa prácticamente inadvertido,<br />
salvo para unos pocos que sí están al tanto <strong>de</strong>l<br />
mismo y que saben que en ese 99% no todo es basura.<br />
Pienso en autores como Matías Escalera<br />
Cor<strong>de</strong>ro (con Un mar invisible, o con Historias <strong>de</strong> este<br />
mundo) y Antonio Crespo Massieu (con El peluquero<br />
<strong>de</strong> Dios), que trabajan sus personajes inmersos en el<br />
mismo mundo y contexto social que nos asfixia a to-<br />
dos nosotros y que no han obtenido una gran repercusión,<br />
pero que están ahí, para los que sepan ver más<br />
allá <strong>de</strong>l 1%. Pero también pienso en otros autores más<br />
visibles, que publican en casas editoriales importantes<br />
como Rafael Chirbes, Marta Sanz, Belén Gopegui,<br />
o Isaac Rosa, y que, sin embargo, parecen insignificantes<br />
frente a la legión <strong>de</strong> ofertas <strong>de</strong>stinadas al entretenimiento<br />
y a facilitar al lector un indolente escapismo<br />
<strong>de</strong> lo real. Así que, en <strong>las</strong> causas <strong>de</strong> ese “viaje al<br />
limbo” <strong>de</strong> la literatura, <strong>de</strong>be <strong>de</strong> incidir no sólo el ser<br />
editados por una casa gran<strong>de</strong> o por una casa pequeña,<br />
sino una <strong>de</strong>terminada concepción <strong>de</strong> la literatura,<br />
que no elu<strong>de</strong> la historia ni el contexto social en el que<br />
emergen, como <strong>de</strong>muestran estos pocos fragmentos<br />
que expongo a continuación a su consi<strong>de</strong>ración. Si reparan<br />
en qué realida<strong>de</strong>s presentan y poetizan, tal vez<br />
hallemos algunos <strong>de</strong> los porqués <strong>de</strong> su <strong>de</strong>stino en el<br />
limbo literario.<br />
“ (…) Me engaño esas tres o cuatro veces al año en que añoro la intensidad, Goyo. Me engaño cuando te envidio.<br />
El equilibrio es un bien precioso y <strong>de</strong>testo a los que se creen con <strong>de</strong>recho a arrojar una piedra contra una superficie<br />
helada sólo para que pase algo, sin <strong>de</strong>tenerse un segundo a pensar que con ese acto pue<strong>de</strong>n abrir grietas, barrancos,<br />
o hacer que el agua se <strong>de</strong>sboque poniendo vidas en peligro. No tenéis <strong>de</strong>recho a arrojar la piedra. En el<br />
fondo lucháis para que todo el mundo sea como mi familia. Dejadnos tranquilos. Dile a Susana que vuelva a casa<br />
y no siga celebrando como un avance increíble para la humanidad el que un hombre <strong>de</strong>sesperado haya estado a<br />
punto <strong>de</strong> <strong>de</strong>strozar la vida <strong>de</strong> su madre, el equilibrio <strong>de</strong> su familia, esta boba e insípida placi<strong>de</strong>z <strong>de</strong> ciertos seres<br />
felices <strong>de</strong> c<strong>las</strong>e media que es, quizá, una <strong>de</strong> <strong>las</strong> conquistas más valiosas <strong>de</strong>l género humano, más que cualquier sinfonía,<br />
cualquier cuadro, cualquier tratado científico. (…)”<br />
(Belén Gopegui El padre <strong>de</strong> Blancanieves Anagrama, 2007)<br />
(...) Uno <strong>de</strong> esos pensamientos, una <strong>de</strong> esas bombil<strong>las</strong>, se le encendió mientras el fisio le corregía la posición <strong>de</strong> <strong>las</strong><br />
piernas antes <strong>de</strong> incorporarse con el saco, los mismos movimientos con los que ahora se agacha a dibujar la línea<br />
entre <strong>las</strong> reg<strong>las</strong> y que hace ya sin pensar en ello, una pierna más a<strong>de</strong>lantada que la otra, la espalda recta; lo pensó<br />
aquel día y se lo preguntó directamente al fisio: doctor, tengo una pregunta, no se moleste: todo esto que me está<br />
enseñando es para curarme y que así viva mejor, o para que pueda seguir trabajando como un animal sin que el<br />
dolor me lo impida. El médico se quedó boquiabierto, no en sentido metafórico sino tal cual, con la boca abierta,<br />
hasta que sonrió y le dio una fuerte palmada en la espalda que se pretendía amistosa pero que a punto estuvo <strong>de</strong><br />
echar por tierra todo el trabajo <strong>de</strong> recuperación: qué ocurrencias tienes, hombre, vaya preguntita, repitió riéndose,<br />
vaya preguntita.<br />
(Isaac Rosa. La mano invisible. Seix Barral. Barcelona. 2011)<br />
Episodio postmo<strong>de</strong>rno<br />
El asesino, virtual;<br />
........ <strong>las</strong> ba<strong>las</strong>,<br />
virtuales;<br />
........ la cabeza,<br />
real<br />
mente<br />
<strong>de</strong>strozada.<br />
(Salustiano Martín <strong>de</strong> Los filisteos juegan con fuego, Colección Melibea, 2001)