número completo - Youkali, revista crítica de las artes y del ...
número completo - Youkali, revista crítica de las artes y del ...
número completo - Youkali, revista crítica de las artes y del ...
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
ISBN: 1885-477X YOUKALI, 13 página 80 MISCELÁNEA<br />
Como Bartleby, Simon hace gala <strong>de</strong> un insólito valor:<br />
“No tengo tiempo para quedarme en una sola y única<br />
profesión, y jamás se me ocurriría como a muchos<br />
otros, echarme a <strong>de</strong>scansar en un oficio como en una<br />
cama <strong>de</strong> muelles (…) No se le ocurra ofrecerme un<br />
puesto con vacaciones. Para mí no tienen ningún<br />
atractivo; me moriría si me dieran vacaciones.<br />
Quiero luchar con la vida hasta hundirme yo solo,<br />
no quiero saborear la libertad ni <strong>las</strong> comodida<strong>de</strong>s<br />
cuando me la tiran a la cara como se tira un hueso a<br />
un perro”.<br />
Demuestra valor, pero también orgullo –y cierto<br />
cinismo, pero <strong>de</strong>l positivo, a la manera <strong>de</strong> Diógenes–<br />
cuando se refiere a su <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia económica <strong>de</strong> la<br />
benevolencia ajena. No <strong>de</strong>scarta, <strong>de</strong> hecho, cualquier<br />
tipo <strong>de</strong> servidumbre: “Es preciso adoptar un comportamiento<br />
especial ante esta situación, que es la<br />
más entrañable <strong>de</strong> todas <strong>las</strong> servidumbres, un comportamiento<br />
que oscila entre la <strong>de</strong>sfachatez y una<br />
atención <strong>de</strong>licada, natural y escrupulosa, que yo conozco<br />
perfectamente. Sobre todo no hay que hacerle<br />
sentir al anfitrión que se le está agra<strong>de</strong>cido (…) sería<br />
un síntoma <strong>de</strong> escasa sensibilidad querer <strong>de</strong>mostrarle<br />
a toda costa una gratitud que él no <strong>de</strong>sea recibir,<br />
ya que no ha dado ni sigue dando cosas con el fin <strong>de</strong><br />
cosechar, a cambio, una actitud mendicante. Pues en<br />
<strong>de</strong>terminadas circunstancias la gratitud es simplemente<br />
pordioseo y nada más.”<br />
Simon cumple aceptablemente <strong>las</strong> condiciones<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>serción, éxodo y nomadismo que Hardt y<br />
Negri <strong>de</strong>rivan <strong>de</strong> la absoluta negativa al trabajo y a<br />
la autoridad que según ellos representa Michael K.<br />
Mariposea <strong>de</strong> un trabajo a otro, abandona la ciudad<br />
a pie para instalarse en el campo con su hermana,<br />
que trabaja <strong>de</strong> maestra <strong>de</strong> pueblo: “En la ciudad todos<br />
luchan por enriquecerse, <strong>de</strong> ahí que tantos se<br />
sientan terriblemente pobres; en el campo, en cambio,<br />
el pobre no se ve herido –al menos en generalpor<br />
esa confrontación permanente con la riqueza<br />
(…) En el campo la gente no es débil cuando da, sino<br />
que está dispuesta a dar y a veces hasta consi<strong>de</strong>ra<br />
un honor el po<strong>de</strong>r hacerlo. Quien se guarda <strong>de</strong><br />
dar seguro que pedirá mal, sin gracia y abochornado,<br />
si algún día es abatido por un hado adverso, y<br />
por cierto que recibirá como un autentico mendigo”.<br />
Hardt y Negri se quejan <strong>de</strong> que la figura <strong>de</strong>l pobre<br />
no aparezca por ninguna parte en <strong>las</strong> teorías posmo<strong>de</strong>rnas,<br />
siendo como es la eterna figura posmo<strong>de</strong>rna:<br />
“la figura <strong>de</strong> un sujeto móvil, transversal, omnipresente<br />
y diferente; el testamento <strong>de</strong>l carácter incontrolable<br />
y aleatorio <strong>de</strong> la existencia”. Recuerdan<br />
que, no solo el capitalismo, sino también el marxismo<br />
oficial odia a los pobres por ser “libres como <strong>las</strong><br />
aves” –vogelfrei, en expresión <strong>de</strong>l propio Marx–, por<br />
ser inmunes a la disciplina <strong>de</strong> la fábrica. Según<br />
Marx, la proletarización en Inglaterra se logró, entre<br />
otras cosas, mediante el castigo brutal al vagabun<strong>de</strong>o<br />
y la vagancia. Por ello, hay que ser consecuente<br />
con la pobreza –el suicidio social- a la que aboca la<br />
actitud <strong>de</strong> negación absoluta. Michael K. no come, se<br />
convierte en un cadáver andante, varias veces al bor<strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>l colapso, pese a su asombrosa energía. Simon<br />
Tanner, más pragmático, más feliz, recurre a la ayuda<br />
<strong>de</strong> varias personas, sobre todo <strong>de</strong> mujeres.<br />
Cuando una posible empleadora le pregunta a<br />
Simon que ha hecho en la vida, la respuesta es nada<br />
en absoluto: “Mis padres me <strong>de</strong>jaron un pequeño<br />
patrimonio que acabo <strong>de</strong> consumir hasta el último<br />
céntimo. Juzgaba innecesario trabajar. Y estudiar algo<br />
tampoco me apetecía. Sentía que un día era algo<br />
<strong>de</strong>masiado hermoso como para tener la insolencia<br />
<strong>de</strong> profanarlo trabajando. Ya sabe usted cuánto se<br />
pier<strong>de</strong> por culpa <strong>de</strong>l trabajo cotidiano. Me sentía incapaz<br />
<strong>de</strong> consagrarme a una ciencia a cambio <strong>de</strong> renunciar<br />
al espectáculo <strong>de</strong>l sol y <strong>de</strong> la luna al caer la<br />
tar<strong>de</strong> (…) Cuando veo trabajar a la gente me avergüenzo<br />
sin querer <strong>de</strong> no tener ninguna ocupación,<br />
pero creo que no puedo hacer más que sentir, precisamente,<br />
esa vergüenza. Tengo la sensación <strong>de</strong> que<br />
los días me los regala algún dios bonachón que se<br />
complace en tirarle algo a un haragán (…) Los tiempos<br />
veni<strong>de</strong>ros me castigarán por esta gandulería, ya<br />
que los pasados no lo han hecho. Creo, sin embargo,<br />
que así le soy grato a mi Dios. Dios ama a la gente feliz<br />
y odia a los tristes.”<br />
Me <strong>de</strong>tengo tanto en Simon Tanner porque me<br />
parece una figura bisagra, equidistante entre<br />
Bartleby y Wakefield y es también un antihéroe. Por<br />
una parte, resulta lo suficientemente bartlebyano en<br />
su negativa a trabajar y a cumplir la más mínima tarea<br />
que no sea autoimpuesta, pero también es un nómada,<br />
al igual que Michael K., aunque su rechazo a<br />
cualquier tipo <strong>de</strong> servidumbre voluntaria no sea tan<br />
extremo, como él mismo se encarga <strong>de</strong> aclarar en relación<br />
a sus benefactoras. Por otro lado, algunos pasajes<br />
<strong>de</strong> la novela nos lo muestran en pleno <strong>de</strong>slizamiento<br />
hacia el silencio y el anonimato, escribiendo<br />
para ausentarse y prefigurando asimismo, en esta<br />
primera novela, los últimos tiempos <strong>de</strong> escritor <strong>de</strong><br />
Walser –más curioso aun es que en esta misma novela,<br />
Walser anticipa <strong>las</strong> circunstancias <strong>de</strong> su propia<br />
muerte en la figura <strong>de</strong>l poeta Sebastian–: “Simon,<br />
abandonado ahora a sí mismo, estaba sentado a su<br />
mesa en un cuartito, arropado en un abrigo, y escribía.<br />
No sabía en qué ocupar su tiempo, y como por<br />
su oficio estaba acostumbrado a escribir, se había<br />
puesto a escribir sin ningún propósito, casi maquinalmente,<br />
en unas pequeñas tiras <strong>de</strong> papel que había<br />
cortado con <strong>las</strong> tijeras (…) Se sentía a gusto haciendo<br />
cualquier cosa allí sentado, y entregándose a<br />
la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> ser un hombre olvidado”. Cuando la criada<br />
<strong>de</strong> la casa don<strong>de</strong> ha entrado a trabajar casi por