número completo - Youkali, revista crítica de las artes y del ...

ción de derechos y de la especificidad del nivel jurídico
en general. Sin embargo, por invertir de algún modo
la fórmula habermasiana, yo diría que el error no
era, en mi opinión, que se habían criticado demasiado
los derechos, sino que no se los había criticado suficientemente
(o, más bien, no de la forma adecuada).
Como se ha dicho, normalmente las críticas marxistas
se han limitado a decir que los derechos son
un engaño o un disimulo por parte de las clases dominantes
para desorientar a los trabajadores y hacerles
olvidar su explotación real con concesiones formales.
Pero esto constituye una concepción instrumentalista
de la ideología. Es preciso avanzar un paso
más u preguntarse: ¿por qué el “verdadero contenido”
de una relación, esta “substancia”, ha tomado
precisamente esta forma y no otra?
Esta segunda pregunta completa la crítica marxiana
de la ideología. Se trata de la misma cuestión
que, según Marx, no pudo plantear la economía política
clásica en su análisis del valor:
“La economía política ha analizado, es cierto, el
valor y su magnitud, aunque de manera imperfecta;
y ha descubierto el contenido oculto en esas
formas. Pero nunca ha planteado la cuestión de
saber por qué ese contenido toma precisamente esa
forma“ 33 ‘sintomático’: consiste en detectar un punto de
ruptura heterogéneo para un campo ideológico
dado y, al mismo tiempo, necesario para que ese
campo consiga su cierre, su forma acabada”
.
El análisis materialista de la ideología debe, por tanto,
necesariamente, convertirse en un análisis de la forma.
Es eso lo que indica Slavoj Žižek en El sublime objeto
de la ideología cuando emprende el desarrollo de
la tesis paradójica de Lacan según la cual “Marx ha
inventado el síntoma”. Y no es un azar que Žižek, en
ese texto, se refiera enseguida a la tesis de Habermas
-sin nombrarle- sobre la “realización aún inacabada”
de los principios de la Razón.
“Marx inventó el síntoma (Lacan) mediante la
identificación de una cierta fisura, de una asimetría,
de un cierto desequilibrio “patológico” que
desmiente el universalismo de los “derechos y
deberes” burgueses. Ese desequilibrio, lejos de
anunciar la ‘realización imperfecta’ de esos principios
universales -esto es, una insuficiencia que
debe ser abolida por el desarrollo ulterior- funciona
como un momento constitutivo: el ‘síntoma’,
estrictamente hablando, es un elemento particular
que subvierte su propio fundamento universal,
una especie que subvierte su género. En
ese sentido, podemos decir que el método marxista
elemental de ‘crítica de la ideología’ es ya
34 .
Vemos que el síntoma, definido así por Žižek en este
texto, tiene una función totalmente análoga a la excepción
(definida como “exclusión inclusiva”) en
Agamben. La salida a la luz de esta función, es decir,
de ese punto de ruptura heterogéneo pero necesario, de
esta especie que invierte su propio género, nos muestra
porqué no es muy probable acabar con la explotación
y la represión simplemente “completando” el
proyecto ilustrado, añadiendo ciertos derechos nuevos
a los ya existentes, como sugiere el universalismo
de izquierda.
En efecto, la narración que hace esa corriente presenta
la historia de los 150 últimos años como una
sucesión de pasos hacia adelante; se basa en la idea
de una evolución lineal en el seno del mismo elemento:
“primero” tenemos los derechos individuales
con las revoluciones burguesas, después los derechos
políticos tras las reivindicaciones de los movimientos
populares, más recientemente los derechos
sociales... Sólo nos queda proseguir este camino para
lograr el reconocimiento verdadero y pleno de los
derechos universales que las clases dirigentes no han
querido conceder inicialmente sino de forma parcial
y poco creíble.
Pero esta narración no nos da una idea exacta de
los conflictos sociales; hace de ellos una lectura teleológica
que considera retrospectivamente que el
efecto al que conduce un proceso histórico era también
ya su fin desde el comienzo.
53¿DERECHO?
página 13 YOUKALI, 1885-477X
33.- Karl Marx, Das Kapital, Bd. 1, in Marx-Engels.Werke, Bd. 23, pp. 94-95, Dietz Verlag, Berlín, 1968. El subrayado es mío.
34.- The sublime object of ideology, Verso, Londres/New York, 2002, p. 21. ISBN: